NO SABES. NO PUEDES. NO QUIERES

NO SABES. NO PUEDES. NO QUIERES

NO SABES. NO PUEDES. NO QUIERES

Esta canción habla de lo complicado que es quitarse a alguien de la cabeza. Porque no sabes, porque no puedes, porque no quieres…”

Esta introducción, que no es mía (más me gustaría) sino de Txetxu Altube presentando Casi Siempre, en su disco en directo con Los Madison desde Los Teatros del Canal, refleja a la perfección como funciona nuestro cerebro la gran parte de las veces.
Por algo somos humanos. Y la cabeza, el corazón (y el estómago) son muchas veces incontrolables mediante impulsos nerviosos racionales.

Por lo tanto, según esto, podremos decir que tenemos unas primeras neuronas poco formadas que no saben hacer su trabajo; otras neuronas incapaces que no pueden hacerlo; y un tercer grupo que podríamos llamar sinceras, que son las que hacen lo que tienen que hacer: impedir olvidar a quien realmente no quieres olvidar.

Si hemos amado a alguien tanto como para no querer olvidarlo, por algo habrá sido.
¿Por qué intentar entonces olvidar a quién no queremos borrar de nuestra cabeza?

Lo que tenemos que hacer es un ejercicio de selección, no de eliminación. Traer a nuestro cerebro simplemente las cosas por las que les quisimos con locura, mediante asociación de ideas.
Yo por ejemplo, cada mujer que ha pasado por mi vida tiene una canción que siempre me hará pensar en ella y un algún momento agradable de nuestra particular relación, sea la que fuere. Me gusta escuchar esas canciones y recordar. Me gusta hacerlo mientras paseo por la calle con mis auriculares puestos, a poder ser anocheciendo y con un poco de frío –que hace que la cabeza funcione mejor–.

Esta misma tarde lo he hecho, y es una sensación de lo más agradable.
Incluso si la cabeza está despejada, puedes dejar entrar de forma velada un poco del dolor por el que sentiste alguna vez –como decía el Comandante Calamaro en sus Crímenes Perfectos– tener el corazón roto (¿Sentiste a los asuntos pendientes volver, hasta volverte muy loco?).
De ese dolor que es síntoma de cura, porque para estar realmente vivo hay que saber manejar todos los sentimientos y vivirlos intensamente hasta aprender a controlarlos. ¡TODOS!

Así que de nuevo, vivid la vida en toda su extensión.
De nada vale querer enterrar las cosas.
Si hay que disfrutar, se disfruta. Pero si hay que sufrir, pues se sufre, que aquí hemos venido a utilizar los cinco sentidos para lo bueno y para lo malo. Hemos venido para que nuestro sistema límbico se sienta realizado y satisfecho por el deber cumplido.

 

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.

P.D.: no dejéis de escuchar la canción que me ha inspirado esto. Aquí la tenéis

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