QUÉ TIENE ESTA BOLA…

QUÉ TIENE ESTA BOLA...

QUÉ TIENE ESTA BOLA…

Tras no salir el viernes por la noche, y gracias a la TV a la carta, me encontré el sábado por la mañana viendo el primer episodio de la cuarta temporada de ese oasis en el desierto que es Cachitos de Hierro y Cromo.

Con buen tino, como en ellos es habitual, hacían un repaso a las sintonías de cabecera de los programas de TVE. Desde los años 60 hasta nuestros días.
Y entre ellas salía, como no podía ser de otra forma, el de La bola de cristal.

Justo en ese momento me di cuenta que, si echábamos para atrás unos 30 años, tal día como ese –y a esa hora–, yo estaría pegado a la televisión viendo dicho programa.

Cómo han cambiado las cosas en el panorama televisivo desde entonces…

Hace poco leía que era un programa con fuerte ideas comunistas-marxistas, y cosas así. ¡¡Bobadas!!
Y si las tenía, por lo menos los niños de entonces –los de ahora desconozco que les rondará la cabeza– todavía no estábamos contaminados con la mierda de la política que al hacernos mayores nos rodearía nos gustase o no.

Tras aquellos sketches de Los Electroduendes, o frases que tenemos grabadas a fuego (“Sólo no puedes, con amigos sí” o “Tienes 10 segundos para imaginar. Si no se te ha ocurrido nada, igual deberías ver un poco menos la tele“), simplemente veíamos y oíamos unas cosas que nos llamaban mucho la atención, por el motivo que fuere. Pero desde luego no por sus encubiertas ideas políticas.

¿Programa idealizado?
Pues tal vez un poco, como casi todo aquello de la década de los ’80. En parte, gracias a los publicitarios que se han empeñado en meternos a presión en nuestros cerebros esa década como la nueva ilustración.
Pero indudablemente era un programa especial y distinto. Que igual atraía a niños que simplemente veían marionetas y estrafalarios personajes más o menos atrayentes visualmente, como a adolescentes deseosos de escuchar la música más vanguardista del momento. O saber un poco más del mundo del cine o del arte en general, por ejemplo.
Un programa que sacó del anonimato underground a no pocos grupos, que luego marcarían la pauta de la música de los siguientes años. Y nos enseño a apreciar, por lo menos en mi caso, la cultura pop.

Y si por conseguir esto no es un programa buenísimo, que venga el dios del 8º arte que dicen que es la televisión, y lo vea.
Además emitieron La Pandilla y The Monsters. Así que sólo por eso se merece estar en los altares.

Creo que voy a empezar a pensar en crear una sección dentro del propio blog que se llame “Historias de cuando Paty Varela se pone el traje de Abuelo Cebolleta“. Dado lo que hablo del pasado con admiración y añoranza.
Pero qué le vamos a hacer si es así lo que siento de vez en cuando (y creo que no soy el único).

Venga, prometo que el próximo post versará sobre algo de actualidad.
Quizá me lance a hablar de los indies… y los vaqueris.

 

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.

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