DOLORES O’RIORDAN ME SALVÓ LA VIDA
Mucha tensión. Demasiada. Acumulamos estrés producido por un exceso de trabajo, de obligaciones, de responsabilidades. Y eso no es bueno. El mío, como el de todos, lo solemos padecer en silencio. Total, estamos igual o parecidos cada uno de nosotros. Así que para qué hacérselo ver a los demás si ya lo ven en ellos mismos. Lo malo...