NOCHES DE BLANCO SATÉN
«Is this love» está sonando ahora mismo en el tocadiscos.
Forma parte del recopilatorio «Noches de blanco satén«.
Fue el típico disco del que salieron cientos y cientos de cassettes de «Lentos«. Y que más de uno recordará, porque estaba, como reza su portada, «Anunciado en TV«.
Me lo han traído Los Reyes Magos, y me ha encantado.
Tengo la impresión que mientras SS.MM. buscaban concienzudamente ediciones especiales de la suite nº1 de Bach interpretada por Pablo Casals o del Neujahrskonzert del 92, vieron este disco olvidado en el fondo en un cajón, sin nadie que lo quisiese. Y pensaron, «Seguro que a Paty, éste le gusta y le puede sacar partido«.
¡Efectivamente, a Paty – o sea, a mí– le gustó!
No todo va a ser excelencia y la exclusividad. En la música hay cosas que también me gustan y disfruto, y que no empiezan forzosamente por «ex».
Alguien, en el año 91, se encargó de hablar con distintas discográficas para poder llevar a cabo una recopilación de temazos. De esos que escuchas una y otra vez cuando te deja la novia (o los menos afortunados, cuando ni consigues tener novia). Y le sale un disco redondo, valga la redundancia.
Unos pocos años más tarde, esa edición ya no es que caiga en el olvido, sino que el propio formato en el que está grabado casi desaparece. Por lo que las copias que no se han vendido, acaban en trasteros de las más dispares tiendas del mundo.
Hasta que un buen día de 2021, un avispado Rey Mago decide que es hora de devolver a la vida a ese viejo pedazo de PVC, y me lo regala.
Buena jugada esa, sabiendo lo que me gusta hacer caso a todo aquello que los demás pasan por alto. Ya sea por excesivamente novedoso, o quizá por completamente pasado de moda.
Pero es que desde tiempos remotos, no he sido hombre muy atado a las imposiciones sociales en lo referente a gustos. Y no por llevar la contraria –que es otra forma de estar a la moda–, sino porque he sido «Muy mío».
El haber dejado hace unos días las redes sociales, es una muestra más de ello.
Por cierto, y hablando de esto, llevo ya ocho días sin ellas. Sigo vivo.
A veces, por acto reflejo me dirijo a ellas. Pero en ese momento me percato que no están (qué bien hice desinstalándolas). Y aunque pueda parecer raro, me reconforta.
¿En qué he usado esas horas que antes dedicaba a husmear la vida de los demás?
Pues no lo tengo muy claro, pero me parece que he leído más, he escuchado más música, oído más podcasts….
¡Y hasta he trabajado más! No sé si más horas, pero sí con menos distracciones.
Me temo que esto va a ser como dejar de fumar, que a veces no se consigue a la primera. Aunque tras varios intentos, uno suele ser el bueno.
¿Os acordáis del Messenger de Hotmail? Yo tampoco…
Volviendo al tema que nos ocupa, que es… ¿Qué tema nos ocupa? ¿Discos antiguos? ¿No seguir modas?
Ya no sé ni que estaba hablando, así que lo vamos a dejar aquí. Porque además no hace más que nevar, y al final voy a tener que cambiar el título del post por «Noches de blanco», a secas. Ni satén, ni satón.
Besos para ellas y una abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.
P.D.: ahora más que nunca, si te gusta lo que lees, comparte. De la forma que sea, da igual.
Comments (2)
Ahora q no estás en las redes mola mucho recibir el mail y luego leer lo que cuentas! Buenos recuerdos, me encantaba ese disco, lo tenía en casete 😊
Besotes Paty!
Si a ti te gusta mucho recibir el mail con el aviso de la publicación, no te digo lo que me gusta ver que tengo un comentario nuevo!!!!!
Yo también lo tenía. Ves como era un clásico!!
Lo bueno de contar este tipo de cosas, es que tenemos muchos recuerdos comunes entre todos. Y así es más fácil escribir sobre ellas.
Un besazo, Raquelina!!