AÑO DE NIEVES…
¡¡El otro día volvió a nevar!!
Así que ya se sabe que año de nieves, año de bienes. A lo que si le añadimos que has madrugado –por lo que Dios te ha ayudado–, y que tu hijo ha nacido con un pan debajo del brazo, significa que vas a tener un día del copón.
Mi reloj digital (que se adelanta) ha sonado, todavía no sé muy bien porque a las 7:30 de la mañana, por lo que se puede decir que he madrugado.
Pero en cambio mi otro reloj, el biológico, debe ir con un poco de retraso, y el niño todavía no ha venido con el pan debajo del brazo. Vamos ni siquiera con un riche, ni una rebanada de pan Bimbo. Así que de momento nos conformaremos con tener un día normalito, tirando a bueno. Que en estos tiempos que corren, es decir mucho, casi muchísimo.
Somos un país de costumbres, y por lo tanto de refranes. Los cuales siempre podemos usar a nuestro antojo dependiendo en que situación te encuentres. Ya que siempre hay uno que se amolda a nuestro propio interés, ¿verdad?
Ante Santa Rita y lo que da, podemos contraatacar con el de que quien se fue a Sevilla ya sabe lo que le pasó. Y en este caso puede perder, más que la silla en concreto, todo aquello que un día le dio Santa Rita.
También se puede dar el caso de que no lo digas exactamente como es y tal vez creas que ojos que no ven, gabardina que desaparece. O que si crías cuervos, tendrás un montón de ellos.
Como último caso, puede que oigas campanas y no sepas muy bien donde (veis como hay un refrán para todo). Y acabes creyendo que no por antes tempranar, amadruga más temprano…
Así que ya sabéis, cuando las barbas de tu vecino veas pelar, ponte a la puerta de tu casa y verás pasar a alguien. Que dado que era 13 y martes ni se caso ni se embarcó, por lo que el hombre iba con una pena… y claro, a grandes penas, pues pañuelos gigantes, compañeros.
Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.
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