LA JUVENTUD

LA JUVENTUD

LA JUVENTUD

Hacerse mayor es darse cuenta de lo que cuesta agacharte a recoger algo que se ha caído al suelo.

He estado viendo La Juventud, que es esa grandísima película de Sorrentino, que si bien no cuenta con la fama de La Gran Belleza, no creo que tenga que desmerecer lo más mínimo con respecto a ella.
Es más, en determinados momentos, es bastante superior.

Como bien indica su título, cavila sobre cómo es la vida al hacerte mayor.
Me gusta verla cuando estoy pensativo y trascendental. Entre otras cosas porque las argucias visuales de Sorrentino me transmiten paz y sosiego, y anestesian durante un buen rato la hiperactividad en la que se encuentra mi cerebro últimamente.

Qué difícil es hacerse mayor, ¿verdad?
Sobre todo, qué difícil es cuando no lo asumes. O, más que cuando no lo asumes, cuando te ha pillado por sorpresa (como si no supieses que ese momento iba a llegar).

 

Al principio decía que hacerse mayor es ver lo que a uno le cuesta agacharse. Pero también es darte cuenta que los deportistas son mucho más jóvenes que tú. Que algunos de tus artistas preferidos no llegaron a tu edad actual. Que recuerdas el momento exacto en que aprendiste a montar en bici, pero no lo que comiste ayer.

¿Por qué sucederá esto?
Y sí, es una pregunta retórica. Porque estoy seguro que hay una explicación científica. Pero prefiero no saberla y sacar mis propias conjeturas tras horas y horas de concienzudo análisis existencial (este es otro de los claros signos del paso del tiempo, la capacidad de perder el tiempo dando vueltas sobre un mismo asunto, sin ser capaz de llegar a una idea concluyente).

Los que somos solteros «sine die» también lo notamos de otra manera: Los planes cuesta mucho más hacerlos.

Con la edad se forman familias, y las prioridades son otras. Y entre ellas no se encuentra quedar con el amigo crápula.
Lo bueno es que ya hace tiempo que eso lo he entendido y he aprendido a hacer planes solo. O por lo menos, a empezar planes solo, y que luego se sumen otros elementos dispersos del mundo.
Solteros del mundo, no estamos solos. Si conseguimos que vendieran leche en bricks individuales, cómo no vamos a ser capaces de hacer cosas sin necesidad de estar acompañados.

La única particularidad es que tenemos que ser capaces de estar en silencio. No está muy bien visto hablar solo.
Aunque siempre se puede fingir estar hablando por teléfono si surge una severa incontinencia verbal que te lleva a expresar tus pensamientos en alto.

 

De hecho, estoy en La Pérgola ahora mismo creando nuevas teorías conspiratorias acerca de la pérdida de la juventud, de la posibilidad de crear una familia, o de si hablar solo está mejor o peor visto que tocar instrumentos invisibles.  Y sigo sin llegar a nada claro y conciso.
Lo bueno es que entre que pienso una idea y veo que no me conduce a nada, me estoy apretando una jarrita helada de cerveza.
Algo es algo.

 

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis

 

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Comments (4)

  • Palo Reply

    Suscribo todo lo que dices y añado:
    Hacerse mayos es escuchar las noticias en la radio y cuando acaban, volver a la música
    😉
    Me alegro de leerte!

    18/07/2021 at 9:11 am
    • Paty Varela Reply

      Jajajajajajajaja
      Real!!!
      Y a veces ni vuelves a la música y acabas oyendo el Ángelus a las 12:00.
      Yo también me alegro de leerte, Palo!!!

      18/07/2021 at 9:20 am
  • Raquel Reply

    Siempre genial Paty! Felicidades!

    24/07/2021 at 9:58 am
    • Paty Varela Reply

      Siempre un honor recibir tus mensajes.
      Muchas gracias, Raquelina!!

      24/07/2021 at 9:59 am

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