DALE AL PLAY, DALE AL PLAY!!

He estado hablando esta tarde de la continua guerra que hay ahora en el mundo de la música a la hora de decidir quién es, o quién no es, Dj.
Y lo primero que me gustaría decir es que yo, claramente, no lo soy.

Y no lo soy en su acepción más moderna, que sería algo así como «mezclador de temas de manera sucesiva, haciendo que varias canciones parezcan sólo una».
Yo pongo una canción, doy al play. Pongo otra canción, vuelvo a dar al play. Y así… Por lo tanto como que no cuadro con ésta definición.
Pero, ¡madre mía cómo doy al play! ¡Tengo un estilo y una soltura!

Que no, es broma.
Hasta dar al play lo hago mal. Y a veces ni empieza la canción.

Pero lo que quería reivindicar es que no nos deberíamos comer la cabeza con tanta tecnología y sincronización.
Vale que para determinados estilos es fundamental (para el mío, claramente no). Pero hacedme caso, aprended de música, conoced toda la que podáis, de todos los estilos y todas las épocas. Os vendrá muy bien, os lo garantizo.

«Es que Fulanito se ha comprado la THX4200 que le das a un botón y hasta te hace un sandwich de jamón y queso»
Mira, si fulanito no tiene ni idea de música, lo más que va a hacer es poner todo el rato el ruido de la sirena y el «put your hand up in the air» que tiene entre los efectos de su mesa, y ya. Nunca más le llamarán para trabajar.

Luego, además, intentad aprender de lo que os piden. Muchas veces os sorprenderán las cosas que la gente escucha en su casa y que tras varios whiskys, se atreven a pedirte.
Eso sí, si se acercan con la mano arriba, cintura sola, la media vuelta, ¡corred! Os va a pedir Danza Khuduro!!

Todos sabéis que pinchando soy un clásico -bueno, y también en lo que no es pinchar- pero poco a poco he ido introduciendo música nueva en mis repertorios.
Si no hubiese escuchado a la gente a las 6 de la mañana, con unas toñas que ni Massiel en una boda (os recuerdo que La Tanqueta de Leganitos acuñó aquella maravilla de cita de «No beber en una boda es de mala educación», para que os hagáis una idea de como se debía poner la señora), igual ahora no sería a ratos el peor pincha de indie de la historia.
Y perdonad los que de verdad sabéis de esta música, que me haya denominado pincha indie, pero era para poner un ejemplo concreto.

Ahora tenemos acceso de manera muy fácil a todo tipo de música –y además gratis en la mayoría de los casos–, por lo que tal vez hemos perdido esa referencia que era antes la cabina de un bar. Lugar en dónde podías escuchar todas aquellas canciones a las cuales no podías llegar porque tu propina no daba para comprarte todos los discos que querías.
Por esta razón hemos perdido también ese disfrute que daba el comprarte un disco nuevo y llegar a casa para escucharlo con calma. Ahora pones el Spotify, y se acabó el problema. No cuesta, no hay sacrificio, no hay esfuerzo. Y por eso, tal vez, no se le presta la atención que se debiera.

Había otro recurso, que era que tus amigos te grabasen cintas con lo que tú no tenías, era un proceso más laborioso y tedioso de lo que parecía. Una buena cinta de mezclas lleva su tiempo, y si no, ved las vueltas que le da John Cusack para hacer las suyas en Alta Fidelidad.

En resumen, a los «Dj’s» decirles que se dejen de preocupar, porque el que vale, se queda. Y a los oyentes, que disfruten de la música que les ponen en los bares. Porque a veces, aunque no os lo creáis, los que estamos encargados de esa función, sabemos lo que estamos haciendo.

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.

P.D.: y a todos os digo que una cabina vale también para ¡hacerse fotos conmigo!