AHÍ ESTÁN LAS CHICAS DE RESIDENCIA

AHÍ ESTÁN LAS CHICAS DE RESIDENCIA

AHÍ ESTÁN LAS CHICAS DE RESIDENCIA

“Gorda, te hago perdida y quedamos en la puerta”
“Un coffee y a la resi, que sino luego nos liamos”
“Puff, que lío ayer. Pero a pesar de todo, Petarda, te quiero”

Éstas, y muchas frases como éstas, son signos inequívocos de que quién las dicen son jóvenes, guapas y estudiantes –que, preferentemente, están fuera de sus ciudades de origen–.

Como –casi– cantaban Mamá: «Ahí están ¡¡Chicas de Residencia!!»

Quiero infiltrarme en una para tener así una vida plena.
Eso sí, puede que me volviese loco en el minuto uno. Aunque creo que merecería la pena el intento.
Y no vale ir de tuno, porque no es lo mismo.
Además, puestos a elegir disfraz, prefiero el de Batman, que por lo menos tiene mascara.

Y ¿por qué me gustan tanto?
Pues porque hacen una vida parecida a la de los Horrorosos, (lo cual incluye pasarse el día de cañas, cafés, coca-colas o como quieras llamarlo; salen en cualquier momento de la semana y llegan al alba, porque «¿Para qué ir antes si la puerta está cerrada?»; y al mismo tiempo llevan perlitas y lucen piernas con la minifalda.
(Falete, te jodes, porque tú podrás llevar perlitas, pero lucir piernas con una minifalda, pues como que no).

Me vuelven loco las perlitas, las colas de caballo y las francesitas. Pero ¡ojo! Ese look informal pero arreglado, cuando están estudiando, hecho con un moño sujeto con un lápiz, y unos vaqueros ligeramente rotos… Y ya no te digo cuando se ponen de tiros largos, cual ceremonia de debutantes…

Luego están esas reuniones en las habitaciones por las noches.
Fumándose un cigarrito mientras hablan de nosotros (espero que bien, aunque también estoy casi seguro que no siempre es así) hasta altas horas. Porque, total, si a la mañana siguiente no se levantan pronto, ¿qué va a pasar, dado que nadie les va a tirar de la cama?
Cuantas revoluciones se habrán fraguado desde la habitación de una residencia…

De todas maneras, tampoco me importa nada que tengan piso propio, no os voy a engañar.

 

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.

 

P.D.: Con todo mi cariño a las Niñas de Tagaste, sobre las que me inspiré para este blog. Aunque por supuesto no me puedo olvidar de las de Nuestra Señora del Rosario, del Colegio Mayor Santiago y las de todos aquellos por los que he pasado y pasaré en el futuro.

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