EL TIEMPO

EL TIEMPO

EL TIEMPO

El tiempo es eso que todos tenemos a nuestro alcance.
A veces lo aprovechamos y otras lo malgastamos. Nos falta. Nos sobra. Si no lo tenemos lo añoramos.
Suele ser un bien escaso con el paso de los años. Y cuanto más mayor eres más rápido lo ves correr.
No queremos perderlo pero muchas veces lo hacemos, y al no ser acumulable se desperdicia. Una pena.

Soy de los que empiezo a verle correr deprisa, pero tampoco me da miedo.
Y no me da miedo porque, si cuando me meto en la cama por las noches lo hago con la sensación del deber cumplido, lo doy por bien empleado. Y, por lo tanto, no malgastado.

Igual he empezado el texto un poco demasiado intenso, pero me ha salido así.
Y dado que hacía mucho que no me sentía inspirado como para sentarme un rato delante del ordenador a escribir, tenía que aprovechar esta idea.

¿No será la falta de tiempo lo que haya hecho que me cueste más escribir? Podría, pero creo que no.
Más bien lo achaco a la apatía y el desdén. A la falta de motivación. A no ver ni la más mínima meta detrás de ningún texto, dado que ya casi no me produce ni satisfacción personal.
Quizá sea una etapa en la que la escritura no es uno de mis centros neurálgicos. Tal vez por infravalorar esa cualidad que se me otorgó para transmitir pensamientos e ideas a través de las palabras. Dios me da los talentos y yo los entierro. Para eso, prefiero ser el que los malgasta y así, por lo menos, disfrutarlos.

A veces me acuso de haber malgastado mucho del mío. Pero, ¿por qué pienso que lo he malgastado? ¿Desde qué perspectiva lo siento así?
Desde la que da el paso de los años y la experiencia parece que todo el tiempo que no se ha usado en hacer cosas provechosas es tiempo perdido. Pero me vuelvo a hacer la pregunta: Provechosas, ¿para qué o quién?.
A ver si me doy cuenta que, por ejemplo todo los años que pase siendo uno de los clientes más fieles de la noche vallisoletana, no fueron para nada tiempo malgastado.
¿Que por serlo tal vez descuidé un poco otras facetas más «académicas»? Tal vez. Pero ¿que ese tiempo me valió para adquirir vivencias, conocer gente que a día de hoy puedo llamar amigo, y que me lo pasé como un perro malo? ¡Sin duda!

Para empezar, esas vivencias me han dado para mantener abierto un blog durante más de 15 años. El cual ha valido para que mi mente no se atrofiase más de lo que ya lo estaba. Y eso es bueno y saludable, ¿no?
De hecho, desde que mi vida se ha vuelto más pacífica ya no me ocurren tantas cosas que contar. Y como la actualidad me produce un rechazo indescriptible, pues eso, no la describo (ni la escribo) y muchas veces no sé qué relatar.

¿A ver si lo que tengo que hacer es volver a salir como si no hubiese un mañana?
¡Na! Tampoco es eso, que hay que saber cuando parar. Pero a un último mañaneo no le diría que no. Quiero volver a decir buenos días a la noche.
Seguro que acompañantes no me iban a faltar…

 

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.

 

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