FIN

El tiempo pasa tan rápido que he escrito este blog para no perder más el que ya había sucedido. Con la esperanza de conservar esas historias, esas vivencias que fueron, al mismo tiempo, parte y forja de mí.

Con esta premisa, quizá no desde el principio pero sí desde poco tiempo después de empezar, he llevado a cabo esta tarea que ha ocupado parte de mi tiempo desde hace 16 años, y a la que hoy pongo fin.

Bien sabe el señor de las letras que estas no eran las líneas originales con las que iba a poner punto y final a esto sino que eran otras, con un tono mucho más pesimista, las que se iban a encargar de echar el telón.
Pero decidí que aquí, salvo contadas excepciones, se vino siempre a pasar un buen rato. El traje de atormentado se lo dejamos a los románticos del XIX o a los beatniks del XX.

Hubiese sido un buen final un resumen en modo recordatorio de algunos de mis textos, pero en mi columna 500 enumeré unos cuantos los que invocaba cada semana con animo de dejaros una parte de mí por escrito, por lo que no creo necesario volver a hacerlo.
Además, quiero hacer de ésta la más corta que he escrito hasta ahora, porque no hay necesidad de alargarla de manera innecesaria. Quién quiera leer más historias, en estas misma web dejo otras 529 que seguro satisfacen esa necesidad.

¡Ha sido un auténtico placer, amigos!

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.