NO MOLESTAR. ESTOY VIVIENDO
Si estás leyendo esto, gracias.
Has sido uno de los que ha llegado a mí sin necesidad de haber pasado primero por cualquiera de las redes sociales que usaba para hacer que mi voz alcanzase más sitios.
Me imagino que a partir de ahora el camino va a ser más tortuoso y difícil, pero espero que más satisfactorio.
Las redes sociales se han convertido en todo lo que aborrezco. Y como el 1 de enero de 2021 me parecía un día estupendo para decir adiós a lo que no quiero que siga conmigo, así lo he hecho con ellas.
Siempre he dicho que escribía (o grababa) por verdadera satisfacción personal (o por empatía), y no por conseguir el aplauso ajeno. Veamos si era verdad o simplemente falsa modestia.
Mentiría si dijese que no me gustaba ver muchos «Likes» y «Me gusta» cada vez que publicada algo (ya fuese un post, una sesión de música o una foto que había encontrado por ahí y me gustaba compartir). Pero lo que no quiero es que esas muestras de aceptación acabasen siendo el fin de todo.
Bajo mi punto de vista, las RRSS se han convertido en un escaparate del yo en vez de un lugar de encuentro para todos.
Y eso no debería ser así, porque lo único que se consigue es mucha gente hablando al mismo tiempo, logrando que nadie escuche al resto.
Por lo tanto, al igual que otras muchas veces cuando no he estado de acuerdo con algo, la primera medida de cambio es alejarme de aquello en lo que no creo para así no seguir alimentándolo.
De Twitter ya me fui hace unos años, y nunca me he arrepentido. Así que ahora le toca a Facebook y a Instagram desaparecer.
No voy a borrar las cuentas, porque creo que pueden ser –algún día– un buen diario de nuestras propias vidas. Muchos recuerdos y vivencias hay guardadas en ellas. Pero sí se van a quedar sin uso. Y yo mismo me voy a encargar de eliminar todos los accesos que pueda tener a ellas.
Que tanta salud tengan como descanso dejan.
Con Whatsapp, tras mucho meditar, voy a tomar medidas distintas.
Sé que no me puedo ir de él porque sería vivir de espaldas al mundo, y todavía no tengo la edad para poder permitirme esos lujos. Pero sí que voy a intentar hacer desaparecer lo más parecido a una red social que hay dentro de él, los grupos.
Quien quiera hablarme, que me escriba. Y con quien quiera hablar yo, pues le escribiré.
Será todo más laborioso, pero seguro que fortalecerá las relaciones interpersonales que merezcan la pena.
¡Qué más puedo pedir!
Por lo demás el resto de cosas seguirán como siempre, porque al fin y al cabo soy programador y diseñador web. Y sería del género tonto renegar de la vida digital.
Seguiré escribiendo aquí. Seguiré grabando en Ivoox. Igual aparezco de algún otro medio… ¿Quién sabe?
Así que quien quiera encontrarme, sabe de sobra dónde hacerlo.
Os diría que también sería fácil buscarme en la terraza de los cualquiera de los bares de mis amigos tomándome un whisky. Pero entre la pandemia y mi mala salud de hierro, eso no ya no lo puedo asegurar tan fehacientemente como antes.
A partir de ahora cuando escuche un disco que me ha gustado. Vea una peli que me ha entretenido. Visitado un lugar bonito. O mañana mismo, disfrute del Concierto de Año Nuevo… No lo reseñaré en esas armas de destrucción masiva en las que se han convertido las redes sociales, sino que simplemente las disfrutaré en primera persona. Y tal vez, si así lo queréis, hablaré de ellas aquí o en los podcast.
Por lo tanto, señor Zuckerberg y allegados, no molestar. Estoy viviendo.
Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis (ahora más que nunca).
P.D.: ahora más que nunca, si te gusta lo que lees, comparte. De la forma que sea, da igual.
Comments (2)
Valiente decisión Paty! Te seguiremos por aquí 🙂
Un besote!
Raquelina, Feliz Año!!
Encantado estaré de saber que estais por aquí.
Lo malo de dejar las RRSS, y dado que poco nos vemos en persona en estos momentos, es que me tendré que conformar con imaginarme tu sonrisa.
Un besazo!!