QUE LA FUERZA TE ACOMPAÑE… SIEMPRE
Un día –no recuerdo exactamente cuál– del año 83. La enorme sala del cine Vistarama llena de gente. Y entre ellos yo, a mis 8 años, esperando sentado que empezase una película. Junto a mi tía Pilar, que tuvo el valor de llevarme al cine siendo tan mocoso. Suenan las trompetas de la sintonía de cabecera de la 20th Century...