UN ADMIRADOR, UN ESCLAVO, UN AMIGO, UN SIERVO!!

ADMIRADOR ESCLAVO AMIGO SIERVO

UN ADMIRADOR, UN ESCLAVO, UN AMIGO, UN SIERVO!!

Tras mi anterior postpost, que tanto «éxito» pareció tener, y al no estar acostumbrado a ello, ahora me encuentro ante la difícil posición de sobre qué escribir. Porque no soy Coppola que fue capaz de rodar, después de El Padrino, otra obra de igual envergadura o incluso mayor, como fue El Padrino II.

Por lo tanto vivo con miedo. Más incluso que por el día en que los chinos y Mercadona dominen el mundo, y nos veamos abocados a comer sólo rollitos primavera (que además vendrán en recipientes Bosque Verde y que seguro serán de la marca Hacendado).

Pero precisamente de ese «éxito» quiero hablar. Porque ha sido para mí una auténtica satisfacción el recibir loas y alabanzas por una de esas cosas que se me pasan por la cabeza, y que plasmo, casi siempre en noches de insomnio, mientras escucho a Rafa Arboleda en los podcast de sus programas radiofónicos.

He de decir que ha sido un post que ha gustado por igual a mujeres y a hombres. Y eso está bien porque así pude testar «el pulso de la sociedad». Y comprobar en mis propias carnes –no a través de las empresas de demoscopia– los gustos de cada uno, para así poder escribir sobre las cosas que realmente nos interesan: dónde se sirven las mejores bravas, las tortillas de patata con o sin cebolla, el roscón solo o relleno…
(permítanme esta pequeña frivolidad, pero para temas serios ya hay otros blogs).

Cada vez que alguien me ha hecho algún comentario favorable, me he henchido sobremanera. Cada vez que alguna de mis amigas me ha dicho que ella también lleva perlitas, me ha gustado mucho. Y cada vez que al encontrarme con alguna de ellas, me ha enseñado las perlitas en los lóbulos de sus orejas (no confundir con los lóbulos que se comieron a Caperucítula) como prueba fehaciente de que en efecto las llevan, me ha gustado mucho más.

Pero lo que el sábado me desarmó del todo -porque sí, sabed que cualquier comentario me desarma dado que soy extremadamente tímido. Y que esa timidez la combato siendo tan extrovertido como soy- fue, estando en la puerta del Caruso al cerrar y mientras me fumaba ese cigarrito, solo y tranquilo, que tan bien me sabe, se me acercó una persona y me dijo:

«Tú eres quien ha escrito esa cosas de las chicas de las perlitas, ¿verdad?
Enhorabuena. Y gracias por haberlo hecho, porque así es como yo definiría a mi chica perfecta».

Se me quedó una cara de tonto que no os la podéis imaginar.
Y eso que, unos minutos antes, me habían aplaudido por la música que había pinchado. Y que varios de los clientes que estaban en el bar, antes de irse, subieron a la cabina a darme la enhorabuena. Así que el ego lo tenía ya por las nubes dispuesto a recibir bonitas palabras una y otra vez sin inmutarse.

Así que mirad, he decidido que este post va dedicado a todos vosotros que me leéis. A quienes me lo decís, y a quienes sois parte de la famosa «mayoría silenciosa». A quienes es la primera vez que caéis por aquí, y por supuesto, a todos aquellos que espero algún día lo hagan.

Mientras tanto, seguiré pensando en qué escribir el próximo día. Lo cual espero ya no tenga nada que ver con mis queridas perlitas.
Porque al igual que no soy Coppola para escribir una segunda parte brillante, espero no serlo tampoco por escribir una tercera parte de no tan buena calidad…

En palabras de Fernando Galindo, «Paty Varela. Un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo!!. Encantado de verles por aquí«.

GRACIAS!!

 

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.

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