ESCRIBIR POR EMPATÍA
«Sí. Yo escribo porque me ha marcado profundamente Mad Men»
¡Mentira!
Si sigues leyendo te confesaré por qué empecé a escribir este blog, y quién fue mi inspiración.
Estáis con intriga, ¿verdad?
Pues no demoraré más la espera, tras haber lanzado este gancho propio del peor programa de la TV.
Mi verdadera inspiración para empezar a escribir fue… ¡Tachan! ¡Carrie Bradshaw!
Soy un ser muy empático, ya lo sabéis. Y sí, a falta de otro recuerdo más fiable, creo que fue la melena rizada más famosa de Manhattan quién me llevó a escribir.
De hecho, también me llevó a comprarme mi primer Mac. Aunque ahí he de decir que fueron unas bases un poco más científicas las que me hicieron decantarme por aquel iBook G4 que con tanta ilusión compré.
No creo que fuesen otros dos clásicos de los cuadernos de bitácora, como fueron el Doctor Howser o la señorita Porter –de nombre Felicity–, por los que empezase a escribir. Entre otras cosas porque ella, su diario, se lo dictaba a una grabadora,
¿Dawson escribía?
Porque igual fue él, a pesar de ser un plasta en comparación con Pacey, que era el que realmente molaba en Capeside.
Y sí, reconozco que he hecho muchas cosas en mi vida siguiendo las pautas que han marcado algunas de las series clásicas de la televisión.
¿Por qué sino estoy enamorado tan locamente de Nueva York, si lo más cerca que he estado de ir fue una noche, a las 7 de la mañana, en la que a punto estuve de comprar tres billetes para irme con mis amigos Alfonso y Peque?
Pues porque sale tan bien en las series, que no creo que haya una ciudad que me fuese a gustar más (bendita idealización de las cosas). Y la empatía me ha llevado tantas veces a ser neoyorkino, que me siento uno más.
Tras la simiente que dejó la señorita Bradshaw, otros muchos han ido regando con frecuencia mi hábito creciente de escribir.
Así, podemos decir que aportaron su gotita de agua, William «Almost Famous» Miller, Julie «Julie and Julia» Powell, Gil «Midnight in Paris» Pender (aunque aquí podríamos hablar del 90% de los protagonistas de las películas de Allen), o Erica «Cuando menos te lo esperas» Barry, por poner algunos ejemplos.
Vamos, que cualquiera que saliese en pantalla, y escribiese, me servía de inspiración. Incluso los que hacían que escribían y les dejaban esa función a sus Cyranos particulares, como el imprescindible ochentero Michael «Admiradora secreta» Ryan. XXXoooXXX
Por supuesto no me puedo olvidar del más grande.
Sí, sí, de ese que os ha enamorado a todas tras su historia de amor con la «bonita Aurelia». Que escribía una novela de crímenes que a veces da miedo –aunque sobre todo, lo que daba miedo es lo malo que era escribiendo, según sus propias palabras–. Y que no es otro que Jamie «Love actually».
Pleitesía le rendiré por los siglos de los siglos.
Y bueno, ahora que estamos acabando, sí que diré que puede que también escriba un poco por Mad Men. Sobre todo estos últimos posts escritos a máquina.
Porque no lo neguéis, todos habéis querido ser, aunque sólo fuese por un segundo, Don Draper.
Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.
*transcripción (casi) exacta de este texto, por cosas del señor SEO
Comments (4)
Sigue haciéndolo gran Varela empatiza usted estupendamente.
Quién sabe si la próxima persona con la que empatice sea un poeta que he encontrado por la red, que escribe en palabrasdeperdiz.blogspot.com.es.
Buen chaval parece!!
Yo siempre he sido un poco Draper….
Y más que lo vas a ser desde ahora. Y no sólo por el nombre!!