DE MANERA ORDENADA
Me acabo de sentar a escribir.
Pero antes de empezar pongo música y enciendo el luminoso de Coca-Cola que tengo encima de mi escritorio.
Cada vez que voy a escuchar un disco, llevo a cabo el mismo mecanismo. Enciendo el amplificador, conecto los altavoces y elijo la entrada phono. Saco el disco cuidadosamente de su funda, y antes de ponerlo, lo limpio con mimo con el cepillo antiestático mientras da sus primeras vueltas en el plato. Bajo la aguja y subo el volumen. Disfruto.
Antes de eso, he calentado el agua para hacerme un té. Dos minutos en el microondas que siempre aprovecho para preparar la bandeja, con su cuchara, su bolsa de Twinings y el azucarero. Y si me sobra tiempo, lo uso para hacer algún microtrabajo que haya pendiente en la cocina. Odio quedarme mirando como da vueltas el plato, igual que miraría una vaca pasar el tren.
Soy una persona ordenada y meticulosa para determinadas cosas. A veces pienso que sufro TOC.
Hago labores de manera sistemática y repitiendo casi siempre el mismo patrón.
A pesar de disponer muy a menudo de bastante tiempo, me gusta no desperdiciar nunca ni un segundo en depende qué cosas. El tiempo está para perderlo con la familia y los amigos, no calentando la leche del desayuno.
Me descargo todos los post que sigo habitualmente, e intento leerlos del tirón, siempre que nada lo impida, para lo cual busco una franja de tiempo adecuada para ello.
Veo siempre las mismas paginas web cada mañana en el mismo orden. Web de información general, deportiva, y páginas de compra-venta, que es uno de mis vicios.
Por lo menos una vez al mes busco en todos los sitios que conozco si hay alguna versión del «Diciembre» de Leiva en vinilo. Porque confío en que algún día haya una copia en mi colección de discos, y conseguir así que sea lo más variada posible –aunque luego, cuando pincho, siempre acabe con la misma canción–.
También estoy tras un amplificador Trio KA-1500 (importante que sea Trio, el modelo de Kenwood no vale). Alguien me dijo una vez que en ese aparato –tan antiguo como posiblemente impecable en calidad–, por no se sabe muy bien qué motivo, la batería se oye como si la tuvieses al lado. Eso es algo que no consigo quitarme de la cabeza, y no quiero quedarme sin comprobar por mí mismo.
Estos son los pequeños detalles que muchas veces hay que hacer para lograr que la vida sea interesante a falta de más grandes proezas.
Voy a desarrollar una app que cuente estas cosas, y que incluso las pueda publicar en redes sociales. «Has hecho 4 minitareas en un tiempo de 14 horas. A nadie le importará una mierda, pero aquí estoy yo para contarlo por si acaso».
Algunos me dirán que soy mediocre por conformarme con tan poco. Pero que no se equivoquen, las grandes obras se realizan poniendo una piedra sobre otra, y en un orden determinado. Y todas éstas, a mí, me han ayudado a crear unos buenos cimientos.
Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.
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