CON ESTAS LETRAS YO TE DESPOSO (1ª PARTE)

CON ESTAS LETRAS, YO TE DESPOSO

CON ESTAS LETRAS YO TE DESPOSO (1ª PARTE)

– Me caso
– Hombre, ¡Enhorabuena!
(pobre de ti la que te espera, con lo bien que estabas soltero. Todo el día haciendo lo que te daba la gana).

Pero sí amigos, a todos les llega la hora (no me incluyo porque yo soy el que sigue sin carnet de conducir, y las cosas hay que hacerlas con orden). Y he de reconocer que cada vez me va pareciendo más lógico y normal que cambiemos de estado civil.
Más que nada, para preservar la especie. Y no por traer descendencia tras el matrimonio, si no por no matarnos llevando la vida del soltero por siempre jamás.

La primera vez que asistí a una boda de amigos (las de familia son otra cosa, por lo menos al principio), hace ya… o más, era una celebración que empezaba por la mañana, y acababa por la noche. O como mucho, otra vez por la mañana. Pero ya!!

Ahora hay que hacer despedida, preboda, postboda, las últimas cañas de soltero, el último vermut de soltero, la copa de antes de entrar en la iglesia para templar los nervios…

En esta última en la que he estado este pasado fin de semana (¡Felicidades Raquel e Isaac!), hemos acuñado un término que hasta hoy desconocía, preprepreboda.

Consiste en quedar el miércoles anterior a tomar unas cañas y copas como si no hubiese mañana, y acabar con una caraja muy considerable. Mientras empiezas a dudar de si tus cualidades físicas te permitirán llegar al sábado de la celebración.
Y ya no uno mismo, pieza insignificante de esa maquinaria que es la celebración de una boda, sino si será el propio novio capaz de llegar (esa misma sensación la experimenté de hecho otra vez el mismo viernes, y de nuevo también poniéndome en la piel del novio, que quería cerrar hasta las tiendas de 24 horas).

Pero llegamos todos, y empezaron a suceder esas típicas cosas que ocurren boda tras boda (y habré estado en unas 30).
Si es de mañana, te pilla el toro. Siempre te pilla el toro.
Y si es de tarde, te pilla el toro. Porque siempre te pilla el toro…

Te confías, te confías, y en el último momento te das cuenta que los zapatos están sucios. Que los gemelos que dejaste la última boda tirados, han decidido hacer la vida por separado, y de gemelos nada. Como mucho, hermanos que tienen algunos rasgos en común.
La corbata que tenías pensado ponerte, ¿Dónde está?
Ah sí, mira, aquí está doblada esperando que la lleve a la tintorería. Porque sí, me la manché de nuevo en la última boda, mientras me revolcaba por el suelo cuando hicieron sobre mí avalancha al colocarnos para la última foto de grupo.

Pero bueno, como puedes, pero llegas de la manera más digna posible. Y entras en la Iglesia, no sin antes haber sido tentado tres veces por el mismo Belcebú encarnado en ese amigo resacoso que lo único que quiere hacer el mojarse el gaznate para no deshidratarse (o tal vez temeroso de que al pasar bajo un portón de iglesia, se desintegre cual bestia demoníaca. Que nunca se sabe)
Y empiezas a apuntar incidencias, una vez has visto que la novia está estupenda, para que cuando veas a tu madre y te pregunte cómo era el traje de la novia, tú le puedas decir…Blanco!!

Estás incidencias pueden abarcar desde las clásicas lagunas en la formulación de los votos. Decir tu propio nombre dos veces durante el «Yo, fulanito, te quiero a ti, fulanito (otra vez)». Y el más espinoso de todos, que es decir el nombre de otra mujer, en vez del de la tuya propia.
No dar unas arras. Que se caiga el anillo e intente conseguir el record Guiness de distancia recorrida sin motor ni dirección. Exceso de protagonismo del Pater, haciendo unas homilías dignas de combatir cuerpo a cuerpo con un discurso de Castro.
Cosas así.

Y todo, para que unos minutos después, ya como marido y mujer, el matrimonio sea expuesto a un auténtico pelotón de fusilamiento a la puerta puerta del templo. Siendo la mano ejecutora la de sus supuestos amigos.
Y con armas arrojadizas que ya no son los suaves pétalos de rosas tan de moda, ni el clásico arroz que permanece en tu cuerpo, y sobre todo en tu pelo, hasta la mañana siguiente. Sino que yo he visto tirar macarrones, petardos y todo tipo de objetos punzantes y explosivos capaces que empezar una guerra mundial.

Y como veo que esto se me está yendo de las manos, aplazaremos a una segunda parte lo que todos estáis esperando… el banquete (con su barra libre incluida, por supuesto)

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.

P.D.: A la memoria de mi amigo Mike con quien he compartido muchísimos de estos momento que acabo de relatar, y que como buen aventurero que fue siempre, ha decidido dejar hoy esta vida terrenal para ir abriéndonos camino a los demás en la celestial, para cuando nos toque.
No tengas prisa en recibirnos, eh!!

Gracias por todo, tío grande.
IIIIIIIHHHHHHH!!
DEP

CON ESTAS LETRAS, YO TE DESPOSO (2º PARTE)

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Comments (2)

  • Pablo Reply

    Impaciente!

    13/06/2013 at 1:20 am
    • Paty Reply

      Por querer sacarme el carnet y casarme al mismo tiempo, no??
      Si es que lo quiero todo al tiempo!!
      Y no he dicho que este lunes, de milagro, Pablete…

      13/06/2013 at 12:16 pm

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