COSAS QUE PASAN AL FINAL
¿Qué tal van las vacaciones, amigos?
Espero, y deseo, que bien.
Hoy quería hablaros de las cosas que siempre pasan al final.
Tenemos claro, como bien dice nuestro amigo Leo Harlem, que como buenos españoles siempre hay cosas que dejamos para el último momento.
¿Cuándo estudiamos?
El último día, por supuesto.
¿Cuándo hacemos la declaración de la renta?
Unos minutos antes de cerrar las oficinas de Hacienda, claro.
Pero, ¿y las cosas que pasan al final?
Me explico.
Te estás comiendo una estupenda bolsa de pipas, la cual disfrutas desde el principio hasta el fin.
No, hasta el final no, porque SIEMPRE la última pipa, es amarga.
Mira que hay pipas en una bolsa, pues siempre se queda al final, agazapada, la pipa pocha que te deja un sabor asqueroso en la boca. Que además dura tanto o más que el de una cebolla.
¿Por qué será?
¿Y si comes pistachos?
El último será siempre el que no se puede abrir. A no ser que tengas un cascanueces a mano, o que te quieras jugar la dentadura por ese última pizca de placer en forma de fruto seco verde.
Tenemos la versión que implica el ocio, porque, ¿qué copa es la que siempre es garrafón?
Venga que lo sabéis. Porque además creo que alguna vez ya lo hemos comentado por aquí.
Esa, esa. ¡La última!
Los 14 Yurinka con Mirinda de limón del principio, son de calidad. Pero ay madre el Grey Goose que te has tomado en el último bar… Puff…¡Cicuta!
No sólo de cuestiones gastronómicas tenemos cosas que pasan al final. Porque, ¿qué me decís de cuando, después de haber estado media hora delante del espejo arreglándote para que todo esté en su sitio antes de salir a la calle, llegas al ascensor?
Siempre hay algo que está mal. Ya sea el pelo, la ropa o un poco todo.
¿Qué pasa, que el espejo del ascensor dice la verdad y el de tu casa es como el de la bruja de Blancanieves que dice sólo lo que quieres oír?
Eso sí, en ese momento llega la magia a tus manos, y lo que no has conseguido el 1 hora, lo arreglas en lo que llegas a la planta de la calle.
Y como buen castellano amante de las procesiones de Semana Santa, no podía dejar de hacer mención especial a esos días.
Esto tal vez, los que no sois de Valladolid, o no veáis procesiones, no lo sepáis a ciencia cierta. Pero los que procesionamos, sabemos que, ya puede haber hecho los 358 día anteriores un sol de justicia, que es llegar el Domingo de Ramos y las previsiones de lluvias aumentan en un 2000%. Y eso que esa semana en concreto es variable en el calendario.
Da igual. La lluvia es muy caprichosa, y en esta ciudad en concreto, elige salir en Semana Santa y en grandes eventos como el concierto Latino (uyyyy el otro día, que susto, cuando Springsteen tocó en nuestra querida ciudad).
Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.
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