EXTRAER TODO EL MEOLLO A LA VIDA

EXTRAER TODO EL MEOLLO A LA VIDA

EXTRAER TODO EL MEOLLO A LA VIDA

Lo volví a hacer. Volví a ver «El club de los poetas muertos«.

No sé la de veces que la habré visto desde aquella primera vez, el día de su estreno, allá por el año 89.
1989, no 1889 como igual han pensado aquellos que me tildan de mayor.

Esta vez me ha vuelto a encantar, y hago esta apreciación, porque reconozco que la última vez me aburrió soberanamente. Hasta tal punto que creo que la dejé de ver.

¿Por qué este cambio?
La verdad es que no lo sé, pero creo que es porque por décimo cuarta vez, he vuelto a mi juventud.
Y no precisamente a una juventud perdida, sino a una «encontrada».
Aunque he de decir que me han ayudado a encontrarla, y que la culpable, en gran parte, de esto, no es otra que mi querida Yai –también integrante del peligroso clan de Las Chikis–.
Tal es su vitalidad, que a pesar de reconocer que no soy capaz de llevar su endiablado ritmo, sí ha conseguido que me entregue a una vida de velocidad y desenfreno, la cual puede que me haga no llegar de una pieza al final de verano. Pero qué demonios, aquí hemos venido a jugar!!!

Me han vuelto a entrar ganas de «extraer todo el meollo a la vida» (otra vez, insisto), así que aprovecharemos, dado que parece que todavía algo queda.
Vuelvo a salir pronto, a llegar tarde, a ir a todo festejo que se organiza. Canto, casi bailo, brinco y boto.
Pero si hasta me he abierto una cuenta de Snapchat!!
Me he vuelto tan inesperado que si vuelvo a Sevilla y voy a la Plaza España, me haré una foto en los bancos de, no sé, Teruel, por ejemplo, para despistar. Así si alguien me dice: “De Teruel, ¿no?”, le podré contestar: “No. De Valladolid, pero es que soy un rebelde”.

Me he escapado a Madrid, y luego a Santander de forma casi improvisada y a lo loco, durmiendo en un sofá unos días, sin importarme lo más mínimo.
He vuelto a la playa, a bañarme en el mar, e incluso ha habido un rato que hasta he tomado el sol. «Yo» y «tomar el sol» en la misma frase!!
Me han regalado una gorra, y a veces me la pongo del revés.

Vamos, que no sé si soy yo o mi hermano pequeño.
Así que por todo esto, gracias, DYai!!

 

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.

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