HISTORIAS DE UNA CABINA

HISTORIAS DE UNA CABINA: PRIMEROS AÑOS

HISTORIAS DE UNA CABINA

Escribió primero Buero Vallejo su «Historia de una escalera», como reflejo de la sociedad española de postguerra.
Luego llevó Antonio Mercero a la TV sus «Crónicas de un pueblo», para hablar de la vida cotidiana de un pueblo castellano de principios de los 70′.
Y ahora llego yo con mis «Historias de una cabina«. Recorrido por los últimos 20 años (o más) de la noche de Valladolid!!

La verdad es que no sé muy bien cómo enfocar esta serie –va a ser una serie gracias a lo dilatado del tema–, porque si no lo sabíais, no soy escritor ni nada parecido, para mi desgracia. Y como tampoco soy un genio, no soy capaz de tener en mi cabeza la concepción del todo.
Por lo tanto, voy a empezar desde el principio, que será lo más sensato.

Corría el verano del 91 y Jesús Vázquez presentaba «Hablando se entienda la basca«.
Qué mal inicio para una historia. Pero es que hay que contarlo, porque era el programa que veía cada tarde antes de salir. Y me molaban las historias que allí se contaban entre pijos, punkis, rappers y heavis (más bien, y como siempre se ha dicho en España, jevis con jota). Me motivaba.
Llevaba ya saliendo un par de añitos por la «noche» (a las 22:30 en casa, o como mucho a las 23:00), pero aquel verano fue en el que me atrapó para siempre la vida nocturna: fue el primero en que puse una canción en un bar.

Sería muy bonito y romántico acordarme cuál fue, pero cualquiera que dijese sería pura invención. Así que diremos, por lo menos, dónde fue; y ese sitio no es otro que el mítico, clásico e inolvidable Shadrack’s. Del no menos mítico, clásico e inolvidable Paulino.

Cuántas buenas tardes-noches he pasado yo allí, madre mía.
Sin querer entrar en odiosas comparativas, creo que ha sido mi bar preferido de todos en los que he estado. Entre otras cosas porque probablemente fue el primero «de mayores» al que fui, y en el que tantas cosas aprendí.
Era uno de esos bares que son como tu casa porque todo el mundo se conoce. Donde casi siempre éramos los mismos, y en dónde casi nunca había problemas.
Tan de estar por casa era, que el inconsciente de Paulino un día me dijo:

– ¿Quieres pinchar esta tarde? Te doy 1000 pesetas y todo el Jack Daniels que te bebas.

Y ahí empezó todo…
(aclaremos que, probablemente, «todo el Jack Daniels que te bebas», fuese medio tubo o como mucho tubo entero con hielos, no os penséis que era Nicholas Cage en Leaving Las Vegas).

La verdad es que allí aprendí mucho de música. Muchísimo. Porque los «pinchas de verdad» que allí había –yo era un pipiolo imberbe que sabía de música lo justo, y de pinchar, menos– sabían un montón. Y en aquella época era una esponja de conocimientos. Por lo que asimilé, y asimilé…
Además, cuando no pinchaba, que era la gran parte de los días, los pasaba allí también, sobre todo ese verano, que yo creo, y no me equivoco, que fue el último que tuve libre de «exámenes de septiembre».
(Igual que para la música Dios me dio habilidad, para los estudios me dio… Paciencia!!! Porque aunque me ha costado acabarlos, los he acabado. Y eso digo yo que para algo valdrá).

Grupos como The Doors, The Kinks, Queen, Led Zeppelin, The Black Crowes o Simple Minds, por poner unos meros ejemplos, entraron en mi mente para no salir ya nunca más. Y han sido una constante durante el resto de mi vida.
Como veréis, mis queridos amigos, no siempre he sido pincha «sólo de español». Cosa a la que llegué muchos años después.

Shadrack’s era un bar especial.
Era un bar en el que un día aparecía un caballo (de verdad, no esa mítica cabeza colgada que tanto juego dio en aquellas competiciones de «A ver quién descuelga antes la cabeza del caballo de un puñetazo»). O te encontrabas en el almacén unos patos que alguien había «acompañado amablemente» hasta allí desde el no muy lejano Campo Grande.
Días en que te bebías 150 pesetas de whisky, que era todo lo que llevabas en el bolsillo en ese momento, y en el que por supuesto Paulino te ponía mucho más de lo que correspondería por esa cantidad. O días en el que alguien se iba descalzo a casa porque había cambiado sus alpargatas por un vaso de pacharán…

Por supuesto, siempre te lo pasabas estupendamente.
Y cuando digo siempre, era siempre. Y no por aquello de «cualquier tiempo pasado fue mejor», sino porque era una realidad constatable, que cualquiera de los que la vivimos podrá corroborar.
Si se acuerda…

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.

(Visto 821 veces)

Comparte este post

Comments (14)

  • J. Alberto Vacas Reply

    Estupendo comienzo, me ha encantado y me ha sabido a poco, espero las próximas entregas con ansiedad, un fuerte abrazo

    03/02/2014 at 10:23 pm
    • Paty Reply

      Muchas gracias Alberto!!
      La verdad es que podría escribir páginas y páginas de historias de bar, pero la verdad es que el formato blog no se presta a ello.
      Así que de momento, lanzaré pildoritas, y el tiempo dirá si hay que hacer otro tipo de cosas a más grande escala.
      Un abrazo!!

      03/02/2014 at 10:28 pm
  • Alvaro Reply

    Primo, casi me emociono, jejejeje. No serás escritor pero a veces la belleza solo se logra con espontaneidad y frescura y aunque no sea muy fresco el tema de tu relato (años ha…), es lo que trasmite, tanto que parece que fue ayer cuando andábamos por el cuadro, en esos garitos en los que se respiraba ese ambiente que tú tan bien nos has contado. Abrazos.

    03/02/2014 at 11:29 pm
    • Paty Reply

      Primo, y qué te voy a decir!!!
      La verdad es que de buenos recuerdos sería raro que saliese algo malo. Y además con los años, estas historias un cogido un poco de bouquet, y ahora «saben» mejor.
      Muchas gracias por tan gratas palabras!!!

      03/02/2014 at 11:54 pm
      • Toño mozo Reply

        Recuerdo Paty, que el autobús del colegio me dejaba a las 17:00 y a las 17:20 ya estábamos tomando una jarrita de sidra en Chabel y acto seguido, nuestra rutina era ir a tomar cerveza ¨FOSTER´S en shadrack´s y escuchar temas que ponías del grupo que nos alucinaba GUNS AND ROSES…y después a la Candelaria que a las 23:00 teníamos que tocar la campana en casa..para luego ¨escaparnos¨ para ir a la antigua rosaleda a ver a Jaime Dj…que tiempos tan buenos, como se pasa la vida…un saludo

        04/02/2014 at 9:15 am
        • Paty Reply

          La Foster’s de Shadrack’s… Nunca una cerveza supo mejor… De hecho, no la vuelvas a probar, que si no ese recuerdo dejarás de tenerlo para siempre!!
          O a lo mejor, lo que hay que hacer es beberla sólo mientras escuchamos a Guns and Roses. Habrá que hacer la prueba.
          Jajajajaja
          La vida pasa, Toño, pero nosotros seguimos escribiendo capítulos en ella, tranquilo.
          Un abrazo!!

          04/02/2014 at 10:45 am
  • vero rodriguez Reply

    que bonito y nostalgico. sigue asi!!! mucho animo . un beso

    04/02/2014 at 6:33 am
    • Paty Reply

      Muchas gracias Vero!!
      La verdad es que sí estoy bastante nostálgico últimamente, pero mira, es una manera de aliviar mi atormentado espíritu!!
      (esto de tener el espíritu atormentado es mentira, pero queda más dramático, y tiene más gancho… ;-))
      MUAKA!!

      04/02/2014 at 10:48 am
  • Victor Vizan Reply

    Grande Paty!!! Y tardes enteras jugando al futbolin sin casi espacio… y nunca pinchaste en el Conde Costa???

    04/02/2014 at 11:54 am
    • Paty Reply

      Y al Tetris!!!
      En el Conde Costa no. Por aquella época, sólo pinchaba en Shadrack’s, y de forma muy puntual, ya te digo.
      Ésta es, simplemente, el principio de la historia.
      Gracias, Viti!!
      (P.D.: fijo que tu pareja de futbolín era Jaime… jajajaja)

      04/02/2014 at 11:57 am
  • Carolatoribio Reply

    Que razon tenias!!! Me ha hecho recordar tiempos pasados de hace 2 o 3 años!!! Jajaja. Que bueno!!! Es tooooooodo tal cual! Yo forme parte de esa epoca tambien!! Sigue escribiendo mas capitulos q ya los estamos esperando!!

    04/02/2014 at 9:25 pm
    • Paty Reply

      Sabía que te iba a gustar, de ahí mi aviso, porque efectivamente, tú fuiste también parte de esa época!!
      A ver qué más sale de mi cabezota, que ya tengo algunas ideas más para concretar.

      04/02/2014 at 9:29 pm
  • Jafo Reply

    Dios, qué bien lo pasábamos allí!! Horas y horas y horas…y birras y birras y birras… qué habrá sido de Nacho? gran pincha…

    05/02/2014 at 9:58 am
  • Paty Reply

    Aquellas Foster’s…
    A Nachito le puedes encontrar cualquier fin de semana en el BQU, porque él también está buscando el récord de pincha más longevo de la historia, y le da miedo que algún día yo se lo quite!!
    Un abrazo, Jafo!!

    05/02/2014 at 10:03 am

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

MÁS COLUMNAS