HOY, HACE UN AÑO
No recuerdo exactamente cómo acabé el año pasado.
Sí sé que el groso de la operación consistió en estar, tal día como hoy, en Madrid viendo a Leiva. Y volver a Valladolid al día siguiente, echando virutas, para poder pinchar en el vermú de El Farolito.
También recuerdo que a eso de las 22:00h. del 31 –que fue cuando acabamos el sarao–, tuve la sensación que esa sería la última vez que iba a pinchar en un bar en mi vida.
Desde luego en 2020 no he puesto los pies en una cabina, aunque tal vez no haya sido el año más propicio para ello. Y eso que he tenido ofertas (gracias, mis queridos amigos, por seguir confiando en mí).
Para 2021 ya he comprometido días para celebrar que todavía quedan valientes que se han atrevido a abrir bares, a pesar de lo vilipendiada que ha estado la hostelería por parte de los políticos gobernantes de este país que tanto presume del turismo.
Así que por lo menos un par de días más voy a volver a poner canciones.
Eso sí, de lo que dudo es que lo haga solo.
Creo que ya he dicho por aquí que ahora siempre que vaya a un bar a poner música, lo haré acompañado. Porque si esto ahora ya lo voy a hacer por afición, y no por obligación, habrá que intentar pasárselo lo mejor posible, para así poder brindar esa alegría al respetable.
Sobre lo actual, o no, que sea la música que pondré, a saber. Porque teniendo en cuenta que gran parte del año me lo he pasado oyendo música clásica (más aún de la que ya ponía), habrá que ver lo capaz que soy de ponerme al día (Sweet Leo, de ti va a depender mucho este último punto).
También sé que quien me llame para ir a pinchar, lo hace sabiendo que igual no conozco el título de una canción posterior al año 2000. Así que tampoco me debería preocupar mucho por eso.
Y, ¿por qué os cuento todo esto ahora?
Pues porque llevo muchos meses metido en casa, cumpliendo con mis obligaciones y asumiendo mis responsabilidades.
Y al igual que cuando no podía viajar, veía muchos programas de de viajes. Ahora que no voy a bares, pues los traigo a mi memoria. Y así recuerdo lo bien que me lo pasaba en ellos, sobre todo por estar rodeado de mis amigos.
Veo en el historial que la última que puse aquella noche de 2019 en El Farolito, como no podía ser de otra manera, fue «New York, New York«. Y aunque pudiese parecer lo contrario, siempre pensé que esa no iba a ser la elección para mi despedida. Siempre hubo otra.
Así que igual mi subconsciente no quiso cerrar la puerta porque sabía lo que iba a pasar.
Veremos…
Besos para ellas y una abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.
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