LEIVA… POCO MÁS QUE DECIR

Se presentaba un sábado de lo más interesante. Entre otras cosas porque no me tocaba pinchar por la noche, y eso sí que es raro desde hace muchos años. Así que el plan tenía que merecer la pena.

Lo primero que conseguí fue una compañía inmejorable. Formada por unas estupendas It Girls que me cuidaron a las mil maravillas, y por esos gualdrapas que tengo por amigos, que me hacen sentirme joven sin serlo ya, y que me están llevando a una (otra) nueva juventud.
Así que ahora sólo faltaba el evento que uniese tan buenas circunstancias. Y no podía haber mejor crisol que el concierto del monstruo que me tiene completamente obnubilado desde hace unos meses… LEIVA (y su Leiband, tras imprescindible casi como el propio artista madrileño).

Foto: Chusmi10

Nada más llegar a la sala (en el taxi de Paco, que gustosamente se ofreció a venir a buscarnos después del concierto, y cuya propuesta aceptamos a pesar de su conducción “deportiva”), ya vimos que la gente había acudido a la llamada. Además muy bien pertrechados para la ocasión.

Debería escribir por lo menos la setlist del concierto, que creo que podría recordar si lo pienso. Pero no quiero escribir de música, si no de sentimientos.

¡Madre del amor hermoso, como me lo pasé!

Me canté todas, las que me sé y las que no. Porque he de reconocerlo, mi memoria ya no funciona del todo bien y me cuesta muuuuucho recordar las letras de las canciones.
¡Y baile más!
Bueno, me movía intentando ir lo más acompasado posible con la música. Lo cual no significa necesariamente que eso sea bailar.

Todos los que allí estamos nos lo pasamos creo que igual de bien que yo.

Momentazo para mí, como era de esperar, ese “Vis a vis” que creo que es una de las canciones más bonitas que he oído en mi vida. Con un Leiva entregado completamente, y con el público más aún.

No tengo ni idea la verdad de lo que duró el concierto, pero no fue ni mucho menos corto, y a mí se me pasó volando.

Lo de después se puede resumir en “Sábado por la noche, y se me fue un poco de las manos”. Pero vamos, que a nadie le va a sorprender eso.
Pero sí quiero hacer una mención especial –aparte de la que merecen todos los que estuvieron conmigo durante la noche, que ellos fueron quienes consiguieron que me lo pasase tan bien–, y es a un sitio que tenía ganas de conocer y que por fin logré. WE ROCK.

Arriesgada apuesta en lo musical en los tiempos que corren. Pero que por lo que pude ver durante las mil cervezas que me tomé allí, está consiguiendo el éxito que se merece.
¡Enhorabuena!
Algún día espero poder ponerme a los mandos de esa cabina, aunque sea una rato, para poder poner alguna canción de Leiva…

El día acabó no sé muy bien a qué hora. Pero viendo lo que me costó volver en mí el domingo (que fue a eso de las 22:00. Y gracias a que las It girls, que han sido parte importante de mi finde, me recomendaron peliculón por la noche, que me reactivó), tuvo que ser más bien tarde.
O pronto, según lo quieras ver…

Leiva, volveré a verte, espero que en no mucho tiempo.
Amigos, ¿cuándo es el siguiente evento? ¿Tal vez para primeros de marzo se esté cociendo algo?

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.