SOY MADRIDISTA

SOY MADRIDISTA

SOY MADRIDISTA

Soy Madridista.

Y por ello empiezo a sentirme perseguido, una vez más, con cada celebración.
Mi sentimiento se ve coartado cuando lo expreso en público. Si resalto su grandeza, que es incuestionable –le pese a quien le pese–, soy señalado con el dedo.

Últimamente ser del Real Madrid es algo tan indigno como ser omnívoro o católico.
No tengo muy claro el porqué pero es así.

Por más que reviso mi partida de nacimiento no encuentro esa cláusula en la que se indica que tengo que ser hincha del equipo de la ciudad que me vio nacer. Tampoco encuentro un mandato civil ni divino (encima en exclusividad, por supuesto. Nada de corazones partidos). Por lo tanto, ¿cuándo y dónde se me imprimió ese carácter? ¿En la pila bautismal junto con el Espíritu Santo?

Siempre fui madridista, y siempre fui reprochado por ello. Era algo que no gustaba.
No puedo no ser del equipo de mi ciudad por encima de todas las cosas. Lo cual, por supuesto, no quita que me alegre, y mucho, de sus éxitos. Pero desde hace ya una cantidad grande de años intento no expresar esa alegría en público, dado que no se me considera digno para hacerlo.

En esa corriente, cada vez más apabullante, de tener que regirse por un pensamiento único y omnipresente, mis sentimientos deportivos también tienen que ser dirigidos por decreto.
«Tú, del Real Valladolid. Punto». No hay posibilidad de otra cosa.
«Sólo vas a escuchar Celtas Cortos, alimentarte de pan candeal, y leer las obras de Delibes», les falta añadir.

Y es este punto, llevado un poco al absurdo, el que más me intriga.
La cuna te asigna títulos nobiliarios, trabajo como estibador portuario y, por lo visto, el equipo de fútbol al que tienes que entregar tu corazón.
¿Ha quedado claro?

Realmente lo que me da pena es que, siguiendo estás máximas, hay gente que se pierde la posibilidad de sentir lo que yo sentí anoche, por ejemplo.
O lo que sentí con aquel gol de Mijatovic –que viví en una residencia de estudiantes de Burgos, juntos con otros como yo que se sentían madridistas, a pesar de no haber nacido ninguno en la capital de España– y que supuso la primera Copa de Europa que veía ganar en mi vida (a la que siguieron otras seis, por cierto)
Ya lo siento. De verdad.

De todas formas, y dado que pido respeto para mis sentimiento, haré lo mismo para con los de los demás.
Que cada uno anime a quién quiera y con quién se sienta más identificado. Porque, usando de nuevo las sabias palabras de mi madre cuando estamos en Comillas, y cada uno va a su aire, «Democracia y libertad».

 

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere, lo sabéis, y ¡¡HALA MADRID!!

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Comments (2)

  • Paloma Reply

    Claro que sí! Yo soy del Depor (pobrecita), pero mi segundo equipo (sin ser yo nada forofa) siempre ha sido el Real Madrid, cuando en mi ciudad la gente suele ser del Barça… Ellos se lo pierden!
    P.D.: Hala Madrid!
    P.D. 2: AMO COMILLAS

    06/05/2022 at 8:29 am
    • Paty Varela Reply

      Mira, si yo fuese del Pucela a muerte, te tendría que hacer la cruz. Porque los del Depor y los del Valladolid, se llevan más bien regulinchis…
      Y no, no. Los fanes no podemos poner cruces a nuestros ídolos. Faltaría más!!
      Sobre Comillas, qué decir. Noble villa con encanto. Buena gente, buenas viandas, y todo en un enclave estupendo. El norte es el norte!!

      06/05/2022 at 8:35 am

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