THE SHOW MUST GO ON

No estoy viviendo días fáciles (quién los vive, de todas maneras).
Son días en los que parece que la vida no te trata justamente –y no sólo a ti, sino a tu entorno–, y sólo queda preguntarse qué has hecho mal para que esto sea así.

Entonces pienso en esa frase que dice «the show must go on».
Desconozco quién es el autor, pero yo desde luego sé de ella gracias a Queen (para mí la música es una fuente importante de conocimiento, y no me avergüenzo en reconocerlo).
Brian May sabía que Freddie se moría cuando la compuso. El propio Freddie sabía que se moría cuando la interpretó. Y con todo, crearon esta maravilla de canción.

Inside my heart is breaking,
my make-up may be flaking,
but my smile still stays on.

La sonrisa siempre debe permanecer.
Que el desasosiego no te impida ver lejos. Que las dudas no equivoquen tus decisiones. Y que el aturdimiento no debilite tus sentidos.
Esos sentidos que te permiten apreciar el mundo como lo maravilloso que realmente es. El show debe continuar.

Agárrate fuerte (a mí, María). Que el dolor sea tan intenso que seque tus lágrimas, pero no lo suficiente para quemarte a ti.

Ante las adversidades, la familia siempre debe permanecer unida y servir de apoyo, de empuje, de bastión.
Los amigos son fuertes pilares sobre los que asentarse cuando uno se tambalea con grave riesgo de vencerse hacia el lado no deseado. Y cuando estás con ellos es cuando te das cuenta que, de verdad, el show debe continuar.

Eres el protagonista principal de tu propia historia. Tienes que dar lo mejor de ti sea cual sean las circunstancias. Hay que llevar a buen puerto la nao, tengas o no a Ulises a tu lado para guiarla.

Y recuerda, de las peores situaciones pueden surgir cosas maravillosas. No pierdas nunca la oportunidad de crecer aunque el terreno sea árido. Porque una buena simiente si ha de brotar, brota.

Siempre –y cuando digo siempre, es siempre–, the show must go on.

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.