Y A TI, ¿TE GUSTAN LAS PASAS?

¿TE GUSTAN LAS PASAS?

Y A TI, ¿TE GUSTAN LAS PASAS?

“Te has vuelto mayor. Te gustan las pasas”

Tan sabia frase llena de sentido la imprimió a fuego en mi mente mi sobrina Celia –que es una de los personas más brillantes que conozco–, en una de las comidas/cenas de Navidad de este año.
Y la verdad es que sí, me he vuelto viejo, (lo que me gusta presumir de mayor, Santo Dios), pero no porque me sienta así, ni porque mi DNI empiece a sugerirlo, sino por detalles como este de las pasas.

Otro del que cada vez me doy más cuenta es la imposibilidad de mantener una conversación en la que salen nombres de personas, del tirón. “Te acuerdas de… de… ¿cómo se llamaba? Sí hombre, el amigo de éste otro… vaya, tampoco me acuerdo del nombre”.
Y no te digo nada si la conversación la intentas mantener un domingo y has salido el día anterior medianamente bien…. No te acuerdas ni de conjugar verbos.

Los grupos de tu adolescencia empiezan a celebrar sus 20 años de carrera profesional, los 25, los 30… (de hecho, estoy en este momento escuchando “En la Arena – Gira 30 años y un día”, de Hombres G, aunque también os aseguro que esto no me importa nada porque la estoy gozando como el primer día, sobre todo por oír temas como Lawrence de Arabia, tan poco habituales en sus repertorios).
Además las canciones de esos grupos aún te las sabes de memoria, del principio hasta el final y desde el final hasta el principio. Pero que te pidan recordar alguna de las de ahora… Ni oyéndolas 25 veces seguidas te quedas con ellas enteras. Sí, fragmentos sí, e incluso el estribillo te puede salir del tirón, pero ya no pidas más.

La gente que sale en TV empieza a ser considerablemente más pequeña que tú. Y no te digo nada los deportistas. Casi podrían ser tus hijos algunos de ellos.
Eso sí, tú les ves a todos casi casi de tu misma quinta…
Los actores de la nueva hornada, apenas te suenan. Porque a pesar que te guste el cine, se te despistan y ya no les retienes en la memoria. Ademas, si te preguntan y no los sabes, sueltas aquello de “Cómo les voy a reconocer, si son todos iguales!!”
Excusas propias de la edad…

El frío –o el calor en mi caso– puede hacer que te quedes en casa una noche de fin de semana. Si te echas la siesta (que te la echas siempre que puedes, no mientas), te tapas la tripa con una manta. Tus días de vino y rosas no los guardas en la memoria del móvil, sino en un álbum lleno de fotos en papel, y por supuesto, a veces intentas hacerlas grandes con los dedos. ¿A qué sí?
Prestas atención al telediario. A nos ser que tengas hijos, no conoces ni una serie de dibujos de ahora mismo, ni ninguna serie para adolescentes.
Y por supuesto, intentas tomar vitaminas y complementos alimenticios para paliar las carencias de una vida que no es la más saludable del mundo, y eso te preocupa, porque como decían los antes mencionados Hombres G, “Chico tienes que cuidarte. ¿Cuánto crees que durarás así?”

Eso sí, lo que duré, bien durado estará!!

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.

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