YO TAMBIÉN ME ENAMORÉ DE FELICITY
Hubo una vez en que yo también fui adolescente -pero no se lo digan a nadie-.
Y por supuesto estuve enamorado de Felicity Porter.
Pero cómo no lo iba a estar si era una chica que, al igual que yo, estaba recién llegada a la universidad, y estaba a punto de descubrir todo un mundo nuevo a su alrededor. Buena persona y responsable. Dulce y amiga de sus amigos. ¡¡Y además estaba tremenda!!
Porque por supuesto, la enorme cantidad de testosterona que acumulaba mi cuerpo en aquella época, no me dejaba ver mucho más allá de eso, no nos engañemos.
Había que pasar de Kelly Kapowski a algo más sofisticado, y más adulto. Y quién mejor que esta mujer perfecta.
Podría haber habido una cierta disputa entre ella y Joey Potter, pero en aquellos momentos en los que la segunda todavía tonteaba con Dawson en Capeside, la superioridad de Felicity en mis pensamientos era abrumadora. Ésta era ya toda una mujer, mientras la otra era aún una niña.
Además, creo que, dado que el trasfondo de la historia se desarrollaba en NY, influyó para que ésa fuera mi serie de cabecera y no otra.
Las chicas de Beverly Hills 90210, aunque ya habían llegado a la universidad también, eran más frívolas. Además se pasaban el día en la soleada California, cuando a mí lo que me gustaba de verdad era el ambiente bohemio, ruidoso, y un poco caótico, de aquella ciudad que había empezado a conocer por las pelis de Woody Allen.
Porque sí, cuando llegas a la universidad, se te empieza a poner un poco cara de gafapasta. Y todos estos temas son los que realmente son interesantes para dártelas de maduro.
Por cierto, a algunos la cara gafapasta se les queda para toda la vida. A otros se les cambia en cuanto empiezan a descubrir que las fiestas de las facultades se han inventado para ellos. Y otros seguimos con aquellos gustos, pero las gafas, aun de pasta, las llevamos porque no vemos ya tres en un burro.
A lo que iba, que me despisto.
Felicity era «la mujer». Así que todas las chicas que tenía a mi alrededor tenían que ser Felicity. Vestir como ella, tener esa melena rizada, hacer las cosas que hacía ella… Y por supuesto quererme más que lo que quería a Ben y Noel, juntos.
Era el modelo a seguir. Porque además, por aquella época, unos chalados y sus tristes historias, crearon una corriente, que partiendo de su música, pasó a llamarse Generación X. Y en la serie, tanto la música como el vestuario, podíamos decir que querían acercarse un poco a esto. Aunque todo un poco más trendy, que para eso estábamos en Nueva York en vez de en la lluviosa Seattle.
Pero me valía.
Siendo sinceros, nunca encontré a mi propia Felicity. Pero la búsqueda resultó muy divertida e interesante. A la vez que me enseñó que no es bueno buscar un solo tipo de mujer, porque eso dificulta mucho las cosas.
Pero como soy muy cabezón sigo empeñado en ello (en lo de buscar un solo tipo de mujer, no en seguir buscando a Felicity). Aunque ahora, como bien sabéis, he generalizado un poco más el patrón a seguir, al querer chicas con perlitas, y lo que ello significa.
Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.
P.D.: al principio hablé de la mojigata Kelly Kapowski, aunque tenemos que ser justos y recordar que en lo que pasaron unos años, se convirtió en la genuina «perra de la guerra» Valerie Malone, que volvió locos a todos los protagonistas de Sensación de Vivir. Y a los que no eran los protagonistas…
Comments (6)
ERES GENIAL PAT!!!
Muchas gracias, Cris!!
Ya sabes que me encanta que me deis estos ánimos, porque así escribir es doblemente gratificante.
Chicas con perlitas always! Paaaaaty
Always, Patt!!
Y que les guste el Galak con speculoos!!
Jajajajajaja
Mi sincera admiración x todo lo q escribes… 😉 sigue siendo TU!!! Como eres… No cambies pequeño Paty 😉
Muchas gracias, Laurita!!
Ya sabes, que a estas alturas del cuento, por más que quisiese cambiar, seguro que no lo conseguiría… Jajajaja