VIEJOS AMIGOS

VIEJOS AMIGOS

VIEJOS AMIGOS

De todos es sabido mi afición por las cosas antiguas. Las guardo, las cuido, las colecciono. Vienen conmigo allá donde voy, porque entre otras cosas, forman parte de mi vida.
Muchas de ellas las conocéis porque me encargo de hacerlas tantas fotos como puedo. Aunque hay dos de las que me gusta presumir en especial, como haría cualquier persona que las tuviese.

Por supuesto estoy hablando de mi boli Staedtler rojo, y mi lápiz de dos colores (azul y rojo, para ser más exactos).

Es fácil que lleven conmigo desde el comienzo de la década de los 90, y ahí han estado siempre. En los buenos y en los malos momentos. Siempre cuidando de mí. Observando como mi vida transcurría sin prisa, pero sin pausa. Dispuestos a ayudarme cuando fuese necesario, asumiendo su papel con la mayor de las discreciones. Saben que nunca fueron un BIC azul. Saben que nunca tuvieron la precisión de un Rotring, ni la elegancia de una pluma Parker, pero siempre cumplieron con su trabajo.

Hace poco despedí con honores a dos de sus compañeros casi tan longevos como ellos mismos. Y estos no fueron otros que dos subrayadores, amarillo fosforito y naranja, procedentes de la misma familia que el bolígrafo.
Qué grandes ratos pasamos juntos… Cuánta prestancia dieron a mis apuntes. Lo que llenaron de color mis aburridos libros de filosofía. Y sobre todo, la manera en que impregnaban el aire con su inconfundible aroma, tan embriagador como adictivo.
Y por supuesto, de ellos salía una de las «gracias» típicas de aquellos años de risueña juventud, que no era otra que pintar con ellos el forro de la carpeta, cosa que pasaba inadvertida a ojos desprevenidos, para así pringar la mano que cogiese dicho carpetazo… ¡Cómo éramos. Qué locos!

Y aquí siguen conmigo el boli rojo y el lápiz de dos colores. Y mientras los miro, pienso en qué tipo de obsolescencia tiene esta clase de artículos. ¿Tal vez como la de la famosa bombilla del cuartel de bomberos de California?
Lo que siempre me inquietó fue saber si en el lápiz de dos colores hay la misma cantidad de mina azul que de roja… Qué misterio!

Bien pensado, los objetos de papelería son interminables, y si no decidme cuántos de vosotros aún tenéis alguna goma Milán desde la época del colegio. O ese mítico juego de regla, cartabón, escuadra y transportador de ángulos que comprasteis para vuestras primeras láminas de dibujo técnico –junto, probablemente, con un juego de los antes mencionados Rotring, pero esos, a la mínima, pasaban a mejor vida–.

Mientras tanto, seguiré escribiendo con máquinas de escribir cuyas edades rondan los 40 años, y aquí siguen tan lozanas como el primer día; y soñando que mi próximo móvil, portátil o televisión, me duren, por lo menos, lo cuarta parte de lo que me han durado el boli y el lápiz, cosa que veo, no nos vamos a engañar, altamente improbable.

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.

 

P.D.: este post lo he escrito con La Bicha, que es la nueva mujer que ha llegado a casa. Y quisiera agradecer a Borja, Pablo y Javolo su inestimable ayuda y colaboración a la hora de hacerme llegar la máquina. GRACIAS!!

 

*transcripción exacta de este texto:

Viejos_amigos-1

 

Viejos_amigos-2

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Comments (4)

  • Leticia Reply

    Para mi que hay más mina azul que roja!!! 😉 que grande eres Paty! Estar saturada de trabajo y en 2 minutos llenar de recuerdos la mente leyendo tus palabras no tiene precio!! Gracias.

    30/03/2015 at 9:34 pm
    • Paty Reply

      Yo también pienso que había más azul, Joven Leti!!
      Ya sabes que cada vez que recibo un comentario, me alegro yo más de ello que tú de leer el post.
      Gracias a ti!!

      30/03/2015 at 9:46 pm
  • Miki Reply

    Yo guardo como oro es paño dos objetos que por inútiles son lo más preciado de mi casa , a saber:

    Una caja de tiralíneas y compases también de Staedler ( o como cuernos se escriba) que mi abuelo me regalò por mi comunión.

    Un abrigo mostoso de cazador y forro de piel de conejo que me regalaron hace ya 25 años y que aún me pongo en las grandes ocasiones.

    Pd. Tengo por casa en Valladolid ( no se cuando volveré por allí dadas las circunstancias) la casa de los Ewoks son tres arboles con sus trampas , redes, ascensores de poleas , y creo que algún Ewok suelto cuando vuelva y sabiendo de tu pasión por el universo Star wars te la hago llegar y a cambio aceptaré un macallan con hielo y agua. Creo que es un buen trato.

    Saludos y sigue escribiendo , no te canses

    01/04/2015 at 11:56 pm
    • patyvarela Reply

      Trato hecho!!
      Por supuesto, ese Macallan con hielo lo pediremos doble, y así se podrá alargar la charla que seguro tendremos.
      Eres grande, Miki.
      Un abrazo, y mucho ánimo!!

      02/04/2015 at 12:05 am

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