ESTAMOS EN AGOSTO ¿PERO DE QUÉ AÑO?

Llevo una temporada que, por algún motivo desconocido, todo me está llevando al pasado. Además de manera muy concisa y contundente.
Y por aquello de llevar sangre gallega en las venas, empiezo a ver a meigas danzando a mi alrededor, en su particular aquelarre.

Ayer, en una de esas interesantísimas y amenas charlas improvisadas con el señor Peláez, alrededor de unas cañas, le he expuesto mi plan.
He trazado una linea recta imaginaria sobre la mesa, y le he dicho: «Ésta ha sido mi vida».
Aunque eso sólo ha durado unos segundos, porque al instante he trazado otra con más zigzags que el filo de una sierra, y he dicho: «Bueno, más bien ésta ha sido mi vida».
A continuación, he añadido: «En algún punto de ella, algo no hice bien y las cosas no salieron como deberían. Así que mi idea es identificar ese punto, y rehacer aquello que esté en mi mano, para trazar una linea paralela».

Por supuesto, eso no se puede hacer, porque una linea temporal es la que es, y no se puede cambiar. Así que habrá que echarle imaginación, y hacer un diagrama de flujo con un «if-else», para intentar retroceder, sin romper el espacio-tiempo, y dar con la solución a mis problemas.

¿Qué cuales son?
Pues siéndoos sincero, ni idea. Pero para eso está la investigación.
Que además es una cosa que me gusta bastante hacer porque siempre se descubre, además de lo buscado, otras cosas que en algún momento de nuestras vidas nos pueden ser de valor.
O, como mal menor, nos pueden servir para escribir algo post de estos.

En este proceso de investigación, y gracias a la magia de la televisión en streaming, he empezado a ver Felicity.
Y de momento, de una cosa me he dado cuenta: En el 98, mientras en Valladolid yo oía «Temblando» u «Ojos de gata», en NYC, Noel escuchaba “Everybody hurts”.
El motivo, el mismo. Una mujer. En su caso, Felicity. En el mío, por aquellas épocas, a saber. Puede que hasta fuese la misma Felicity, que de ilusión también se vive (mal, pero se vive).
He sido bastante enamoradizo siempre, lo sé. Y eso no ayudaba a solucionar el problema.

Ojo, igual acabo de encontrar una de las posibles malas decisiones de mi pasado… No haber escuchado «Everybody hurts» en vez de «Temblando». Aunque, llamadme loco, pero creo que eso no va a ser.
Lo de mi volatilidad «amoril», quizá.

Volviendo a la parte seria, creo que me va a venir bien hacer ese estudio de mi vida, una vez más. Ahondando más en ella gracias a la perspectiva que se adquiere con los años.
Quizá así pueda encontrar cómo, qué o quién formaron algunas partes de mi carácter con las que no estoy del todo satisfecho, para así intentar corregirlas.
Desforjar una personalidad tiene que ser imposible, y más llegados a cierta edad. Pero a lo mejor se puede educar, amansar, moldear, controlar… Pongan la palabra que quieran. Pudiendo así pulir, y que brille, lo que antes era oscuro y lúgubre.

Les iré informando del proceso. Y hasta puede que lo perciban cuando se encuentren conmigo por la calle, ahora que parece que he vuelto a tener una vida social saludable.
Y hablando de vida social saludable… Quizá haber tenido una vida social, por momentos, insana, podría… Bueno, ya iremos viendo.

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.