HISTORIAS DE UNA CABINA: POP MUSIC
– Oye, la música está muy baja!!
– Da igual, tú escucha a la gente, que se las canta todas!!
Ésta podía ser una descripción bastante aproximada de lo que fue el PoP.
Lugar singular, que durante dos años (la fiesta del segundo aniversario, fue al mismo tiempo la fiesta de despedida) fue una auténtica referencia de la noche vallisoletana.
Era un bar que estaba fuera de zona, en el que hacía calor, dónde la música estaba baja, y no es que fuese especialmente bonito… Pero siempre estaba lleno de la gente más guapa de la ciudad. Y que además, era la más divertida!!
¿Por qué?
Lo he dicho alguna vez de algún que otro bar, pero es que aquí se repite aquello de que todo el mundo se conocía; y los que no, en un par de días allí, amigos para siempre. «Where everybody knows your name», que decía la canción de Cheers. Éramos una familia, y aquella nuestra casa.
¿Que para entrar a saludarme a la cabina había que pasar por el medio de la barra?
Pues se pasaba y punto.
El camarero que estuviese aquel día, miraría simplemente que no desmantelabas la barra al pasar (que alguno la desmanteló, os lo aseguro), y ya está. Esa era la única premisa que había que cumplir para meterte allí.
¿Que había que echar una mano porque algún camarero se había puesto malo?
Pues nada, «ya me pongo yo la copa, y de lo que voy, pongo unas rondas hasta que se tranquilice aquello un poco». De hecho, el último día, aquello fue self-service. Porque total, ¿para qué queríamos que sobrase nada?
Teníamos un almacén que valía para todo. Desde su función primigenia de almacenaje, hasta sala extra si había que desahogar un poco el aforo; pasando por camerino o cubículo de intimidad para fuertes y repentinas pasiones.
Que no se dijese que allí no se aprovechaba el espacio!!
Creo que allí fue la primera vez que vi a un bar completamente lleno y entregado, cantando todos a coro «El equilibrio es imposible», en una especie de éxtasis comunitario, que para el que ponía la música –en este caso yo– le suponía el culmen de la satisfacción personal por conseguir esa compenetración con su público. TO-DO-EL-BAR!!
Ésta, y «Turnedo» eran los himnos oficiales del bar, junto con, por supuesto, «New York, New York» (que por algo es mi canción, y que será la última que pinche en mi vida, el día que decida jubilarme).
Gran música se pinchó allí. De todo además. Había cabida para casi cualquier tipo de petición. Total, no se iba a oír…
Y no os penséis que era todo orgías y desenfreno, porque allí también se fomentaba la actividad cultural.
Y si no, decidme qué eran esas partidas en la máquina del Photo Play al Trivial, dónde aseverabas las respuestas con más seguridad que en la defensa de una tesis doctoral, como resultado de la insultante confianza en uno mismo que de haber confraternizado con Jack, Jim, Johnnie rojo, Johnnie negro y José en la misma noche (Ohh, Coyote Ugly, que de frases nos diste a los hosteleros). O en aquel otro juego de encontrar las diferencias entre los dibujos de Morcillo, que cuando te quedaba 1 segundo dabas con todas las manazas a ver si sonaba la flauta. ¿Eh?
¿Y aquellos cierres clandestinos, en los que te tirabas más tiempo tomando la última que el que habías estado trabajando?
Allí sólo había buen rollo, y charlas interesantísimas dónde arreglabas el mundo; y que por supuesto sucedían tras haber subido un rato a tocar la batería que estaba encima de la puerta (subir era fácil, pero bajar, ya no tanto). Santa paciencia los vecinos, madre mía…
Además acabábamos siempre con un desayuno compuesto por langostinos plancha, bravas y tortilla rellena, para no irse uno a la cama con el estómago vacío, que dicen que es malo.
Juan, Jaime, Alfonso, creasteis una bestia parda con forma de bar, que la verdad nos dio la vida a muchos.
Creo que sería imposible enumerar a toda la plantilla y amigos que por allí pasasteis, así que un saludo enorme a todos. Fueron dos años cojonudos.
Los que por allí estuvisteis, y leáis esto, saludad (ya sea en Facebook o en los comentarios), que seguro que nos juntamos lo mejor de cada casa.
Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.
P.D.: presencié en ese bar algo que nunca más había visto, y que creo que nunca más veré. Vi al camarero de mi barra quedarse dormido mientras ponía una copa. Aunque para ser justos, hay que decir que fue por agotamiento. ¿Verdad, Gordi?
Comments (4)
Trabajé allí varios fines de semana después de salir de vender zapatos en Armonía.Para mi fueron unos de los momentos mas bonitos de mi vida.Ya que en esa época no había quien me parara.Un beso muy fuerte para tod@s.
Y quién no estaba imparable en aquellos años… Jajajajajajaja
Un beso, Mamen!!
Larga vida al Pop Music. El mejor sitio donde he trabajado, donde me he reído, donde he cantado, donde he bailado, y con los mejores cierres. ¿Un vodka-limón maestro?
Un gran abrazo
Alguno que otro me tomé, sí…
Qué buenos días, eh Juanito!!
Si es que hasta iba uno con ganas a trabajar.
Larga vida al PoP Music!!