LA DECEPCIÓN

LA DECEPCIÓN

LA DECEPCIÓN

¿La decepción aparece de repente? ¿La generas? ¿Se te cae encima? ¿Te la entrega un repartidor de Amazon, un sábado por la mañana, cuando aún estás a medio despertar?

Sea como fuere, cuando está, cuando la tengo, siento una tremenda necesidad de combatirla cara a cara, que es como se dirimen los problemas.
Y para ello siempre me apoyo en el mismo proceso, en la misma liturgia. Me acerco al San José. A mi Sanjo.

Y lo suelo hacer por el camino que tantas veces me llevó durante los 12 años que allí estuve, como esperando encontrarme con mi yo niño, para ponerme a su vera esperando así volver a empezar, y ver las cosas como se ven a esa edad. Prístinas, sin maldad ni dobles significados.
Es como si buscase allí un renacer desde mis propias raíces –porque tengo claro que las mías están allí–, para así encontrar el camino secundario que me permita, no ya esquivar esa decepción sufrida, sino entender por qué la he sufrido. Dado que tengo claro que en cualquier proceso siempre hay dos partes implicadas, y que no se puede echar siempre la culpa al otro.
Por lo tanto, y dado que en mi mano sólo está mi destino y no puedo, ni quiero, influir en el de los demás, cuando hay que hablar de dos, es mejor empezar por uno mismo.
Reflexiono sobre mis actos, siendo al mismo tiempo actor y público. Productor y crítico. Hago un remake de mi vida, esperando captar algo que se me escapó la primera vez.

Seguir esta linde es mi propio camino iniciático hacia un nuevo yo. Pero también es herramienta para trabajar otras labores.

Por una parte, siempre es bonito caminar por donde uno ya ha pasado muchas veces, para ver que hay cosas que cambian, y otras que no necesitan hacerlo. Es bonito ver el paso del tiempo, y apreciar cómo lo que tú hiciste hace ya unos años, lo están haciendo otros. A su manera, pero probablemente buscando algo parecido. ¡Suerte en vuestra búsqueda a los que estéis envueltos en ella!

Sirve para pensar en la nada, que es algo muy satisfactorio. No sé explicar lo que es, pero seguro que me entendéis, y cada uno lo llamáis de una manera.
Pero cuidado, porque esa nada te puede llevar, de repente, a algo. Porque siempre hay un algo que aparece y que te llega como una dosis de penicilina al algunos casos, o de cicuta en otros. Sed precavidos, y estad seguros que sabréis afrontar lo que os vaya a llegar.
A mí, hoy, me ha llevado a pensar que ayer cerré la casa de una persona extraordinaria. Más extraordinaria aún de lo que yo creía que era. Y que a pesar de que tras esa puerta he dejado muchos recuerdos, me he llevado más dentro de mí. Y muchas enseñanzas, y muchos buenos consejos.
Además, sin darme cuenta, he aprendido a apreciar a muchas personas a las que igual no apreciaba como se merecían. Todos cambiamos (y quién diga lo contrario, miente), y por lo tanto, también cambian nuestras formas de pensar y actuar. Y aunque mis prioridades probablemente sigan siendo las mismas, igual ahora las busco de una manera distinta.

Estos paseos me sirven para redescubrir canciones.
Mi estado semi catártico ahonda de manera más profunda en aquellas letras que parecían vacuas pero que ahora no lo son. La canción más sencilla puede ser el genoma del autor, trasladado a una serie de rimas y acordes, con las cuales te descubre lo más profundo de su ser, que resulta que es igual que el tuyo.
Nunca más cerca del artista que hoy.

Y por supuesto, sirve para andar sin más pretensión que la de oxigenar un poco los maltrechos cuerpos que ya nos acompañan. Mens sana in corpore sano.
Los excesos intelectuales hay que equilibrarlos con ejercicio físico. El cerebro también se cansa, y no sólo por pensar. También por sentir. Y los últimos meses están siendo muy extenuantes en lo emocional.
Un poco de aire fresco hace ver mejor las cosas. Conviene respirar como cuando se entra en una panadería.

No se si conseguiré aplacar del todo la decepción que aún siento, en un corto periodo de tiempo.
Estoy seguro que lo acabaré logrando, aunque para ello tenga que acercarme una y otra vez al cobijo de esas paredes que llevan allí desde 1881, y que estoy seguro que como a mí, han ayudado a tantos otros durante todos estos años.
¡Qué todos los males sean esos!

 

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.

(Visto 171 veces)

Comparte este post

Comments (4)

  • Eva Reply

    Magnifico texto sobre algo complicado como es la decepción. No sabes lo bien que escribes, de verdad.
    Me ha encantado 🫶🏼

    12/06/2023 at 1:41 pm
    • Paty Varela Reply

      Evita, da gusto contigo siempre.
      ¡¡Ésta sí que es una verdad verdadera!!

      12/06/2023 at 1:59 pm
  • Òscar Pérez (Plata) Reply

    Querido Paty!
    Es un placer leer tus relatos y la decepción es complicada de entender…. todos cambiamos y los paseos muchas veces ayudan y te llevan, sin entender como, a lugares especiales…
    Un abrazote amigo!!

    13/06/2023 at 12:34 am
    • Paty Varela Reply

      ¡¡Y qué más especial que el Sanjo!!
      Gracias por tus palabras, y por leerme.
      Un abrazo, Plata!!

      13/06/2023 at 12:37 am

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

MÁS COLUMNAS