NYC 01
Aterricé en NYC hace unas horas. Las justas para darme cuenta que a pesar que ahora estamos perfectamente comunicados “all over the world” y no hay fronteras, el mundo es muy grande. Mucho.
No es el viajar una de mis características principales. De ahí que cuando lo hago, le quiera sacar el máximo partido a todos y cada uno de los minutos.
Y qué mejor manera que hacerlo que reservar un tiempo al día para escribir todo lo que he vivido durante el jornada anterior. Así que aprovechando el ligerísimo jet lag que arrastro, me he arreglado pronto y aquí estoy, en el lobby del hotel, intentando capturar lo mejor posible todo lo que estoy sintiendo.
Lo primero que he pensado es que es imposible hacerlo por mucho que lo intente. Porque tened en cuenta que llevo esperando este viaje muchos años, y creo que para empezar todavía no soy consciente de dónde estoy por mucho que ayer haya visto, de noche y llegando al hotel, algunas de las siluetas famosas que identifican la ciudad.
Me hace falta patearla hasta que mis pies sepan caminar solos, sin tenerles que decir mi cabeza hacía dónde tienen que ir. Hasta que sepa orientarme sin necesidad de mirar los cruces de las calles. Hasta que el humo que sale del suelo, ese humo tan de aquí, me salude al pasar.
Necesito sentirme parte de la ciudad, y creo que eso sólo se consigue viviéndola.
Soy cobarde para este tipo de cosas, porque no dejo de ser un simple muchacho de una ciudad no muy grande, pero imagínense si hubiesen pensado eso los grandes conquistadores que dan lustre a la historia de España. Así que hay que lanzarse al vacío y sin red.
Además, como siempre pienso: “Si otros antes que yo vinieron aquí y consiguieron volver, tan difícil no debe ser, ¿no?”
Nueva York, voy a por ti!!
Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere, y lo sabéis.
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