PORQUE ERA INDIE
Este post habría sido completamente distinto de lo que va a ser de haberlo escrito hace apenas un mes.
Porque mi concepción sobre lo que voy a hablar ha cambiado casi de forma radical.
La influencia de Dylan, desde que es poseedor del Nobel, ya se nota. «The times they are a-Changin’«.
Pensaba echar pestes y exabruptos sobre esa plaga bíblica que se ha hecho llamar música indie (que llegaron a la cultura popular de la mano de la no menos peste encubierta bajo la palabra «hipster«).
Y lo pensaba hacer, y esto lo usaré como una especie de intro, porque lo que en un principio era un soplo de aire fresco en la industria musical española, se empezó a convertir en una mierda pinchada en un palo. Donde cualquier cosa, grabada de cualquier manera, se vendía con fallos «porque era indie«.
Lo que trajo un montón de grupos que no hacían más que detritos musicales, y daba igual. Se vendía «porque era indie«.
Empezaron a aparecer festivales a la sombra de los que ya se hacían, y muy bien en algunos casos, sólo con la idea de trincar –que no tiene nada que ver con «porque era indie» pero sí muy nuestro–. Cuyo resultado no era más que basura que no respetaba, ni a músicos, ni mucho menos a espectadores.
Y como todo lo que se convierte en corriente, empieza a llegar en forma de peticiones en la cabina de manera indiscriminada. Además sin ningún tino:
– ¿Me puedes poner una de XXX?
– Claro, sin problema.
Pasan los minutos, y el pedidor vuelve indignado porque no le he puesto a XXX, cuando sí lo he hecho:
– Oye, ¡no me la has puesto!
– Claro que la he puesto
«Lo que pasa es que sólo te conoces una. Y en vez de decirme que ponga esa en concreto, te la has jugado y te ha salido rana» es lo que debería decirle, pero me ahorro.
«Coño, pues menos mal que ibas a hablar bien de ello!!«, pensaréis.
Y aquí es justo cuando voy a empezar a hacerlo.
Gracias a tantas y tantas peticiones, con o sin tino, me empecé a dar cuenta que habían empezado a desaparecer los Yankkies Daddies, los Pitbulls y los Don Omares (y atrocidades menos severas) de turno, de la boca de la gente. La gente empezaba a pedir música.
Y lo que es mejor, al amparo del indie se podían colar muchas canciones que de otra manera no habrían entrado. Porque en definitiva nadie tiene ni puñetera idea de qué es el indie dado que los preceptos imprescindibles para la inclusión de una canción dentro del género, no lo cumplen el 90% de los los que más suenan. Pero da igual, «¡¡Porque es indie!!»
Así que, si un poquito de indie por aquí, un poco de pop por allá, y todo regado de bien de rock, pues te clavas una sesión de esas que te hacen irte a casa satisfecho, y con gente que te dice:
– ¡Anda, no sabía que se ponía esta música en esta zona!
Llevar naúticos Camper y camisas de Carolina Herrera despista, ¡eh!
Así que veremos si, como dice Sidonie, «con mis nuevos superpoderes levantaré a todo el festival. Que ahora toquen Lori Meyers que tengo ganas de bailar«.
Y encima, por el camino, sigo conociendo nuevos grupos que me vais pidiendo (y que me valen para separar el grano del trigo).
Besos para ellas y abrazos para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.
P.D.: seguro que los puristas me dicen que lo que pongo no es indie ni pamplinas. Y estoy seguro que tienen razón. Pero tengo un bar lleno semana tras semana, con la gente contenta y pasándoselo bien, que es para lo que me pagan. Puristas, ¡pesados!
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