PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO: EL RÉGIMEN

PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO: EL RÉGIMEN

PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO: EL RÉGIMEN

Hoy he empezado el régimen.
No sé cuál. Pero hay que decir que empiezas uno a primeros de año, dado que dejar de fumar e ir al gimnasio no lo voy a hacer.

Me he ido a El Corte Inglés a retozar entre productos bajos en calorías, sin grasas y sin gluten, que a mí no me afecta porque no soy celiaco, pero seguro que todo lo que sea “sin” es bueno para adelgazar.

Para empezar he cogido dos botes de acelgas y uno de menestra. Ummmmm que ricos.
Pero he pensado que una cosa es hacer régimen y otra morirse de pena ante un plato tan triste. Por lo que he decidido que unos taquitos de jamón no le vienen mal, así que a por ellos me he dirigido.
“Y un huevo duro troceadito, tampoco”.
Pues venga huevos, no sea que no tenga en casa y me quede con las ganas.
Y ya para rematar, unas patatitas fritas en dados son una guarnición perfecta. Por lo que unos cachelos gallegos son la solución, dado que para freír no hay nada mejor (esas patatas que se dividen en “para asar”, “para freír” y “para cocer” no valen en absoluto, os lo digo yo).

Total, que ese primero, ya de régimen que se dice, pues no mucho. Pero bueno, como de segundo van unas pechugas a la plancha modelo suela de zapato, se puede permitir.

Así que a la sección de carnes/pollos y derivados me encamino.
Según avanzo por los pasillos, me tengo que ir tapando los ojos para no ver las distintas tentaciones que en ellos se encuentran. Y claro, me he chocado con todas las personas que había en mi camino. Hasta que he decidido abrirlos y así evitar que me terminen quitando mi carnet de conducir carritos de supermercado.

¡Dios, qué mala suerte!
Justo he parado en el pasillo de repostería. Y ese bizcocho de Nestlé ante mí, no me ha dejado indiferente. Así que a la cesta (eso sí, no he cogido el de chocolate, que dicen que engorda…).

Sigo, y llego ya a la sección de carnes, donde se encuentran el pollo y el pavo. Pero como están medio escondidos, terminas viendo todas esos jugosos chuletones y entrecots que parece que te están diciendo “cóooooooooooooooooooooogeme, muuuuuuuuuuuuuuuu”.
Por supuesto no voy a ser tan cruel como para permitir que la muerte de esa simpática ternera haya sido en balde.
Total, que al final las pechugas para otro día, no sea que se pongan malas y haya que tirarlas, ¿verdad?

Consigo llegar a la caja, no sin antes haber echado al cesto un pack de Fanta naranja –el mejor refresco del mundo, que además no tiene nada de azúcar–.  Una bolsa de avellanas, que son ligeras cual pluma. Y un par de sobres de pasta a la parmesana para esos días en que no te apetece cocinar.
Justo, cuando vas a dejar toda tu compra a la cajera, resulta que te encuentras con un escaparate de todas aquellas cosas que no se venderían en estas épocas de régimen de no ser porque te las ponen ahí. Y claro, no vamos a hacer que el trabajo de los de marketing se vaya al garete, así que añadimos unas Lays Gourmet, una tarrina de ositos de goma, y otra de moras negras y rojas.

Resultado… El próximo martes cuando me pregunten que he perdido en esta última semana, podre decir bien orgulloso:
“Pues he perdido, ummmm, siete días!!”

 

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.

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