MI 7º ARTE: VOY A PASÁRMELO BIEN

Los 13 años los hemos tenido todos.
Fans de Hombres G, igual ya no lo hemos sido tantos.
Serlo como yo, sin prejuicios tontos por haber crecido entre la movida madrileña y el nacimiento del grunge, igual se pueden contar con los dedos de una mano.

Digo esto para aclarar que lo que voy a escribir sale del corazón de un fan que tuvo 13 años en el mismo momento, casi, en el que transcurre la película. Por lo que igual no es la opinión más imparcial del mundo, pero es la mía.

¡¡ME HA ENCANTADO!!
Así, con todas las letras, y en mayúsculas.

Nunca pensé que fuese a salir tan contento del cine. Con esa sonrisa tonta que se le queda a uno cuando alcanza la satisfacción plena. Sonrisa provocada por ver la vida de uno mismo, que en el fondo es la de todos, proyectada en una pantalla.

Vale que son «lugares comunes» que hemos vivido la mayoría. Pero, aunque lo sean, no por eso dejan de ser importantes.
¿O acaso hay que olvidar al primer amor porque todos hemos tenido uno? ¿O el primer desengaño por lo mismo? Los amigos de aquellos años, las primeras fiestas, el colegio… ¡¡Hasta la leche de pantera!!

No recuerdo ya si exactamente fui como los protagonistas de la película (soberbios ellos, mucho mejores que sus «yos» mayores), pero por ahí andaría. Igual no como ninguno de ellos en concreto, pero sí un poco como la mezcla de todos (incluido Maroto).
Porque eso somos, una mezcla. Para empezar la de nuestros propios padres. Pero también la de nuestros hermanos. La de nuestros amigos. La mezcla de todos aquellos que nos enseñaron algo en algún determinado momento.
Somos lo que somos por la suma de los hechos y acontecimientos que nos moldearon.

Hoy, de nuevo, esta película me ha recordado alguna de mis propias experiencias. Las cuales tenía, por una simple cuestión de apilamiento, en el fondo de mi memoria. Llevándome de nuevo a esa regresión de la que tanto hablo últimamente, y que sigo convencido que es por algo. Y es que eran muy parecidas –aunque sin bailes, porque ese no fue un don que quiso darme Dios–.
Eso sí, y llamadme loco si queréis, también tenían como banda sonora las canciones de los Hombres G.

La trama, la natural de cualquier comedia romántica. Chico conoce a chica, de la cual se enamora perdidamente.
Aunque bien pensado, es la natural en una comedia romántica, y la natural en la vida misma.
Enamorarse perdidamente, y más con 13 años, es algo que sucede de manera obligatoria.
De hecho, me acaban de decir que yo me enamoré perdidamente a los 9, casi 10. Y aunque no estoy tan seguro de ello, también he sido lo suficientemente precavido para decir que, como eso se ve siempre mejor desde fuera, a lo mejor sí fue cierto.

Sabéis que me gusta clasificar las películas por escalofríos, y hoy he tenido muchos.
Escalofríos, además, de los que anuncian galerna con forma de lágrima. Una solo, como la que derramaba Johnny Depp en Cry Baby (lo que le daba más valor, por exclusiva).
Y también he reído, y mucho. Que no todo en esta vida se basa en enjugar mejillas.

Si eres de Valladolid, ésta es una de esas escasas veces en que podemos ver nuestra ciudad en pantalla grande. Así que vete a verla.
Si te gustan los Hombres G, sabes que oír su música siempre es una hemorragia de placer. Así que vete a verla también.
Y si eres de Valladolid y te gustan los Hombres G, como es mi caso, no es que tengas que ir a verla, sino que debes hacerlo con los ojos bien abiertos, los oídos afinados, y el corazón y el alma preparados para volver a sentir los ecos del pasado, y quien sabe si también del presente.
Igual algún día dejáis de ser Dos Imanes que nunca se unirán…

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.

EDITO: Me acabo de acordar que hace unos años hice mi propio «Hombres G – Las Mejores». AQUÍ se puede escuchar