YA NO PERSIGO SUEÑOS ROTOS
Escribo esto pulsando con delicadeza, casi con mimo, las teclas de mi nuevo portátil. Tras una espera de 10 días, que me llevó a pensar que se habían ido a buscarlo al mismísimo Cupertino, por fin me ha llegado. Con paciencia, por aquello de que primero la obligación que la devoción, hasta hace un rato no he...