SORPRESAS DE UN FESTIVO
Los días festivos me gustan porque no se rigen por las reglas de la cotidianidad. Pueden traer la mayor de las algarabías o el más grande de los tedios. Convertirse en manuales de actividades sociales o ser una clase magistral de "Cómo convertirse en un gato de escayola". Hoy, el mío (el nuestro, si eres vallisoletano), traía...